Socialismo
francés
La
globalización, la desregulación financiera, y la crisis económica han obligado
a reformular el discurso de la socialdemocracia europea. En Reino Unido,
Francia, Portugal, Italia y Alemania, sus dirigentes se aprestan a
reconstruirlo. Por estar en campaña, es el turno de Pedro Sánchez. El líder del
PSOE se decanta por la vía moderada, muy próxima a la que defienda Manuel
Valls, quien se define como “socialreformista” para rehazar el calificativo de
“socialiberal” y alejada del jefe laborista, Jeremy Corbyn, quien, según
Sánchez, “no ha entendido el proceso de globalización” (Carlos
Yarnoz, de El País).
Valls
o Corbyn
El problema no es acercarse a Manuel Valls o
a Jeremy Corbyn. No. El problema no es si socialreformista o socialiberal. No.
Creo que Pedro Sánchez se está equivocando. Ni viajes al centro, ni viajes a la
izquierda. Pedro Sánchez debe fundamentar su discurso en la socialdemocracia.
El PSOE es un partido socialista, obrero y español, y su programa no puede apartarse
ni un ápice de esos parámetros: social, obrero y español.
Son conceptos tan universalmente reconocidos
que cualquier otro viraje es apartarse de sus principios; de sus más profundos
sentimientos. Lo fue antes de la globalización y lo seguirá siendo, siempre. Si
el PSOE quiere presentarse como partido dominante, -que debe serlo-, no tiene
otro camino que el de la socialdemocracia, pura y dura. Y si pierde que pierda.
La estrategia más eficaz y digna, es mantenerse firme en su ideología.
Julio
García-Casarrubios Sainz
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