jueves, 19 de noviembre de 2015


¿Qué nos impulsa al lado oscuro? ¿Por qué tantos jóvenes de “discreta vida” se transforman en terroristas dispuestos a inmolarse en el nombre de una creencia religiosa extremista? Decía Dostoievski que no hay nada más fácil que condenar al malhechor, pero nada más difícil que comprenderlo. Y en pocas ocasiones esta afirmación resulta más acertada que en el caso del terrorismo yihadista. (Victor Lapuente Giné profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Gotemburgo)


Comprender para  evitar


Tenía razón Fiódor Dostoievski cuando decía que es muy fácil condenar al terrorista, pero no tan fácil comprenderlo. Y sin comprenderlo, no hay posibilidad de hacer un análisis adecuado para prevenir el fenómeno terrorista. Y, ¿de qué sirve condenar, incluso atacar, si no somos capaces de prevenirlo?

Es legítimo que el demócrata se defienda. Es comprensible que Francia quiera acabar con los terroristas que han causado tanto daño. No tenemos el derecho de oponernos a que Francia y los demás se propongan terminar militarmente con los terroristas.

Pero si ese es el único camino, -que lo dudo-, es porque hemos llegado tarde; es porque hemos fracasado. No hemos comprendido nada. No hacemos el esfuerzo de reconocer si, la llamada civilización de Occidente, ha hecho todo lo que estaba a su alcance para llagar a la alianza de civilizaciones, en lugar de obrar en función de intereses estratégicos, económicos y de poder.


Julio García-Casarrubios Sainz
                                                                              http://juliocasarrubios.blogspot.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario