¿Qué nos impulsa al lado oscuro? ¿Por qué tantos jóvenes de “discreta vida” se transforman en terroristas dispuestos
a inmolarse en el nombre de una creencia religiosa extremista? Decía Dostoievski
que no hay nada más fácil que condenar al malhechor, pero nada más difícil que
comprenderlo. Y en pocas ocasiones esta afirmación resulta más acertada que en
el caso del terrorismo yihadista. (Victor Lapuente Giné profesor de Ciencias Políticas de la
Universidad de Gotemburgo)
Comprender para evitar
Tenía razón Fiódor
Dostoievski cuando decía que es muy fácil condenar al terrorista, pero no tan
fácil comprenderlo. Y sin comprenderlo, no hay posibilidad de hacer un análisis
adecuado para prevenir el fenómeno terrorista. Y, ¿de qué sirve condenar,
incluso atacar, si no somos capaces de prevenirlo?
Es legítimo
que el demócrata se defienda. Es comprensible que Francia quiera acabar con los
terroristas que han causado tanto daño. No tenemos el derecho de oponernos a
que Francia y los demás se propongan terminar militarmente con los terroristas.
Pero si ese
es el único camino, -que lo dudo-, es porque hemos llegado tarde; es porque
hemos fracasado. No hemos comprendido nada. No hacemos el esfuerzo de reconocer
si, la llamada civilización de Occidente, ha hecho todo lo que estaba a su
alcance para llagar a la alianza de civilizaciones, en lugar de obrar en
función de intereses estratégicos, económicos y de poder.
Julio
García-Casarrubios Sainz
No hay comentarios:
Publicar un comentario