miércoles, 18 de noviembre de 2015

Cada día me gustan menos los nacionalismos, y ahora toca soltar el topicazo de “incluyendo el españolismo”, porque parece que estás obligada a resaltarlo cuando tocas el tema. Pues vale, redundemos incluyendo el españolismo. Que además por desgracia anda muy crecido como no podía ser menos al calor de la fiebre patriota que padecemos. Y como no me gustan nada, en fin, me esfuerzo por vigilar los coleteos irracionales de la bicha que puedan movilizarse en mi interior. Porque los nacionalismos son un impulso primitivo y tribal que todos tenemos. (Rosa Montero)


Un impulso primitivo

Como dice Rosa Montero: “Los nacionalismos son un impulso primitivo y tribal que todos tenemos”. Todos tenemos una patria chica que defender y de la que nos sentimos orgullosos, un pueblo que ensalzar frente a otros, o sentir nostalgia si estamos lejos. Eso entra dentro de la condición humana. Pero precisamente por eso, porque todos lo llevamos dentro, -más o menos afianzado-, por eso hay que tener mucho cuidado de no utilizarlo como un hecho racional.

Porque de racional no tiene nada, es un impulso visceral. Es un sentimiento. Y ese ha sido el tremendo error que padecimos en Europa en el siglo pasado, y que parece mentira que ahora ciertos políticos catalanes lo estén utilizando como arma electoral, como fenómeno sociológico. Están recurriendo a los sentimientos y a las vísceras de los ciudadanos para lograr unos objetivos que han diseñado. Es un procedimiento barriobajero que solo traerá nefastas consecuencias. 

Y como también dice Rosa Montero, cuando habla de los nacionalismos: “incluyendo el españolismo” Viene a cuento, porque desde el resto de España queremos hacer frente al nacionalismo catalán, con una buena dosis de impulsos nacionalistas españolistas.



Julio García-Casarrubios Sainz
                                                                          http://juliocasarrubios.blogspot.com



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