domingo, 25 de octubre de 2015

Las fracturas sociales

«Que nadie construya muros con los sentimientos. Las divisiones nunca hacen grande a un pueblo; solo lo empobrecen y lo aíslan. Evitemos las fracturas sociales que tanto daño hacen a las conciencias de las personas, a los afectos, a la amistad y a las familias, a las relaciones entre los ciudadanos». (El Rey Felipe VI en su discurso de entrega de los premios Princesa de Asturias)

Nadar contra corriente

El rey no ha hecho otra cosa que denunciar algo evidente en un siglo XXI. La división nos perjudica a todos. En un momento de la historia en donde toda la actividad política se encamina a reforzar las uniones, aparecen unos descerebrados a decirnos que Cataluña funcionará mucho mejor si se separa de España. En un mundo cada vez más global se pretenden establecer muros de separación.

Y no confundamos: es legítimo, y respetable, que un sector de personas guiados por sentimientos patrios quieran defender su identidad; incluso que estén convencidos de que esa identidad estará mejor garantizada sin depender de ningún otro estado.

Otra cosa es que líderes políticos, utilizando este sentimiento, busquen un aprovechamiento personal y partidista. Y peor aún: que con estos movimientos patrioteros pretendan esconder lacras de corrupción.


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