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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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Es el
título de la película que en 1956 dirigió Mark Robson, basada en la novela
homónima del estadounidense Budd Schulberg. Es una historia en la que se narra
la corrupción en el boxeo. Traigo a colación este título porque estoy
convencido de que la corrupción seguirá vigente mientras no caiga todo el
armazón, toda la estructura que la ha originado. La corrupción económica,
política y moral que nos invade, tiene que atacarse en su origen; reconocerlo, denunciarlo,
y borrarlo.
Ha caído
el “Correismo”, el “Barcenismo”, el “Pujolismo; ahora cae el “Ratismo”; por el
camino han caído los Urdangarín, los Matas, los Granados, los Fabra, por citar
algunos; el próximo en caer será el “Aznarismo”, no lo duden; y no cesará la
cadena de caídas hasta que no caiga el origen de todo esto. Todo este proceso
ha venido como consecuencia de una mala interpretación del liberalismo.
Liberales que han faltado al respeto de sus defensores; no son liberales; “son
unos aprovechados” que se han arropado con la bandera del liberalismo para
llenarse los bolsillos.
La
cadena de caídas seguirá hasta que no caiga el “Neoliberalismo”, que no es ni
más ni menos, que la prostitución del liberalismo. El liberalismo se puede
compartir o no; yo no lo comparto; pero lo respeto. Puedo admitir que existan
personas convencidas de que el liberalismo es la mejor fórmula para organizar
una sociedad moderna. Repito: yo no lo comparto, pero comprendo que pueda haber
alguien que, con toda su honradez intelectual, así lo crea.
El nudo
gordiano está en la privatización. El predominio de lo privado sobre lo público;
que yo niego, pero puedo comprender y respetar que la derecha piense que desde
lo privado se pueda distribuir mejor el bienestar social. Lo grave es que eso
no es lo que ha hecho el neoliberalismo. El neoliberalismo ha organizado la
estructura perfecta para apropiarse de lo público. Sí. Han privatizado. Claro
que sí. Lo han hecho de forma perfecta: cogen lo que es de todos, y se lo distribuyen
entre los amiguetes; entienden como privatización pasar dinero del cajón común,
al bolsillo propio. Es el “Neoliberalismo” que tiene que caer; y mientras no
caiga, seguiremos sorprendiéndonos todos los días con caídas sucesivas. Hasta
la caída última.
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