TODOS QUEREMOS MÁS

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Apuntes del Siglo XX….y XXI

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¡Qué casualidad! El Partido Popular, que es quien ha nombrado al Fiscal General del Estado, ahora resulta que se da por aludido, un tanto molesto, ante las declaraciones que hace el mismísimo fiscal. Sí. El Fiscal General, Torres Dulce, hace unas declaraciones que merecen todo el respeto y atención. Pone el dedo en la herida más infectada del Estado: “la corrupción”.

De las declaraciones cabe destacar dos ideas fundamentales: “Hay quien no tiene mucho interés en que la justicia sea rápida y eficaz” ¿Quién se da por aludido? Y por otra parte Torres Dulce se queja de que “la Justicia no dispone de los medios suficientes para ser rápida y eficaz”. ¿Quién tiene que poner los medios?

Y, ¿cómo reacciona el PP? Minimizando las declaraciones, incluso con un matiz despectivo e irrespetuoso. Dice Pujalte, que no tiene importancia; que es normal; que todo el mundo se queja de no tener los medios que quisiera; hasta los colectivos que se dedican a la limpieza se lamentan de tener pocos medios.

La reacción de los populares supone una falta de sensibilidad hacia uno de los problemas más graves que tiene la sociedad actual, y a la que no es ajeno el Partido Popular. No. Se trata de una simplificación decir que “todos queremos más”. Es muy grave lo que está pasando, para despacharlo con esa displicencia. Comparto con el Sr. Torres Dulce que algunos parecen no tener mucho interés en que se clarifiquen los procesos de corrupción.

La corrupción, junto con el paro, la pobreza y las desigualdades, son asuntos que requieren la máxima prioridad. No está para cuidados paliativos, está para meter el bisturí de arriba a abajo. Hacen falta muchas medidas urgentes y drásticas. Desde la creación de una unidad que se dedique exclusivamente a perseguir la corrupción, hasta suprimir la prescripción, de delitos pasados y futuros, sin dejar todas las modificaciones legales necesarias. Hace falta, por iniciativa judicial, requerir todas las cuentas de españoles en paraísos fiscales, y que paguen lo que deberían haber ingresado en el fisco, con sus recargos y multas correspondientes. Quienes no lo hagan así es que no les interesa o no tienen la voluntad política necesaria.