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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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El
profesor de economía, Mario Draghi, ocupa desde noviembre de 2011 el cargo de
presidente del Banco Central Europeo. Ha ocupado numerosos cargos públicos y
privados, siempre relacionados con las grandes finanzas. No es nada dudoso de
progre izquierdista, como diría Marhuenda.
El
pasado jueves, día cuatro, dejó por un momento el uniforme de presidente del
BCE, a las órdenes de Angela Merkel, para convertirse en el notario mayor del
gran fracaso del austericidio. ¿Cuánto le durará? ¿Hasta cuándo mantendrá su
promesa de cambiar el rumbo de la economía europea? ¿Está convencido, o se ha
visto presionado por las circunstancias actuales? Por algo se empieza. Más vale
tarde que nunca. Por fin se ha dado cuenta de que la política económica europea
no era el camino para salir de la crisis. Parece que se ha asustado, al final
de su mandato.
No hace
falta ser Premio Nobel en Economía para entender que no podía mantenerse más el
ciclo, poco virtuoso, de prestarle dinero público a los bancos, a un tipo de
interés bajísimo, para que comprasen deuda a intereses mucho más altos. No hace
falta ser Premio Nobel en Economía para darse cuenta de que ese método ha
hundido a la familia y al pequeño empresario que se han visto absolutamente ahogados,
y ha provocado las desigualdades entre países ricos y pobres. No hace falta ser
Premio Nobel en Economía para darse cuenta de que la austeridad que se ha
presentado, y se sigue presentando como la única forma de salir de la crisis ha
sido la puntilla para las clases medias y trabajadoras.
Ha
tenido que conjeturar el Sr. Draghi, que la economía sin el consumo de las
clases medias y trabajadoras, se ha estancado y corre el peligro de entrar en
una peligrosa deflación y una nueva recesión. ¡Qué casualidad! Este dubitativo
e incipiente cambio de rumbo de Draghi, ha coincidido con la amenaza de la OCDE
de que si siguen bajando los sueldos en España corremos el peligro de hundir
más la economía; la misma institución que nos ha estado insistiendo en que la
bajada de salarios era imprescindible para mejorar nuestra competitividad. ¿No
será que el Gobierno de España se ha pasado cuatro pueblos al aplicar los
recortes y la austeridad?
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