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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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No sabía a
qué dedicar esta columna. Las malas noticias se me amontonan en mi agenda. De
verdad que me cuesta trabajo, me aburre, tener que elegir entre, los
impresentables fondos de pensiones de los eurodiputados, o la poco clara
dimisión de Magdalena Álvarez, o los nuevos casos de corrupción que aparecen
todos los días, o el no entendible recurso del fiscal Horrach contra el juez
Castro, o el muy mal sustanciado debate sobre el aforamiento. ¡Vaya panorama!
¿Qué elijo?
Menos mal
que surge una noticia trascendente, una noticia que hace noble a la política,
la noticia de un hecho notable y honesto: “La decisión de Rubalcaba de
abandonar la política”. Una de las cabezas mejor amuebladas en la vida política
de las últimas décadas, un político con categoría de hombre de Estado, un
político con capacidad de diálogo y tolerancia. Y no lo digo ahora, que se
retira, como han hecho algunos cínicamente; lo he dicho y lo he escrito
siempre, en numerosas ocasiones.
Glosar la
figura de Rubalcaba no es tarea fácil; pero no descarto acometerlo un día, con
menos inmediatez y más estudiado. Ahora me voy a limitar a dos cuestiones de
rabiosa actualidad.
Por una
parte, los aplausos a Rubalcaba desde la bancada popular, cuando hace dos días
le acusaban de ser el culpable de la crisis y de connivencia con ETA ¿Cinismo?
Una buena dosis. Pero no nos engañemos. El PP no da puntadas sin hilo. Teme que
el sucesor de Rubalcaba haga frente con más contundencia al austericidio, al
paro, al estado del bienestar, a los índices de pobreza, a las privatizaciones,
a la corrupción.
Y por otra
parte, se me ocurre pedir, exigir, al sucesor, claridad, solidez y valentía,
precisamente para afrontar esos problemas. Siguiendo de cerca a los candidatos
a suceder a Rubalcaba, veo con los pies más pegados al suelo y con un mensaje
más claro, sólido y valiente a Eduardo Madina. Lo percibo como la persona más
capaz para poner en marcha un proyecto necesario, imprescindible e inaplazable
para el PSOE, y sobre todo para España. Realista y sin populismos muy
tentativos. Veremos.
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