¿QUÉ ESPERA EL PSOE?

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Apuntes del Siglo XX….y XXI

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La izquierda siempre lanza el mensaje de que el PP de Rajoy nunca gana elecciones. Se espera a que el PSOE las pierda. Se dice que en España, las elecciones no se ganan, se pierden. El PP llega al poder cuando el PSOE se hunde, bien sea por culpa propia o por culpa ajena. Todo parece indicar que es cierto. Le pasó a Aznar y le ha pasado a Rajoy. Bueno, si se trata de Rajoy con más motivo para poder llegar a esa conclusión. Es muy definitorio de Mariano Rajoy resolver los problemas y afrontar el futuro esperando con el puro y el Marca. Esta es la opinión que flota en el ambiente.

Pero: ¿Y el PSOE? ¿Espera también a que se hunda el PP para llegar al poder? ¿Está esperando a que se hunda más de lo que está el PP? Son preguntas para las que no tengo contestación clara. Y me gustaría tenerla. En ciertos momentos me inclino a pensar que sí. Ahora, en estas circunstancias, se percibe en el ambiente que está a la espera de que el PP se termine de hundir. Muchos días lo pienso así. Es cierto que la travesía del desierto, tras una debacle como la sufrida hace dos años, es larga y difícil. Pero, ¿hace algo más que esperar a que se queme el PP por la nefasta gestión que está haciendo? ¿Es cierto?, o ¿es un juicio equivocado e injusto?

La duda que tenemos algunos –muchos- ciudadanos de a pie, es, si además de esperar el fracaso del PP, se está haciendo algo más. Hasta la celebración de la Conferencia Política, camino largo, pero concienzudo e irreprochable. La sociedad nos preguntábamos si primero era cambiar las caras, y después revisar el nuevo proyecto, o al revés. Se ha hecho al revés. Y algunos pensamos que ha sido lo más razonable. El documento de resoluciones de la Conferencia Política es impecable. Yo invitaría a leerlo desde todas las ideologías, y seguro que un porcentaje altísimo estaría de acuerdo con las propuestas que allí se presentan. Es un análisis muy bien estudiado, realista y oportuno para el momento que estamos atravesando.

Pero ahora faltan las caras. Ahora falta el líder que pueda pilotar ese proyecto. Y, ¿cuándo va a llegar? El público se impacienta, o se aburre, que es peor. Algunos percibimos que aún no se ha insuflado en la sociedad el espíritu de una alternativa llena de ilusión. Lo que padece actualmente la sociedad es una desilusión muy difícil de combatir, y más difícil cuanto más tiempo dejemos pasar.