domingo, 5 de enero de 2014

LA MARCA ESPAÑA


___________________________________________________
Apuntes del Siglo XX….y XXI
___________________________________________________

Desde el desconocimiento, por la falta de transparencia, y con el convencimiento de que nunca sabremos toda la verdad del cuento, no queda otro remedio que moverse en el territorio de las sospechas. Sospechas, sí; pero sospechas muy fundadas, aunque solo sea por los casos que se han repetido hasta la saciedad. Sacyr ha exportado a Panamá, lo que en España viene siendo normal desde hace muchos años. Es llevar por el mundo “la marca España”; es exportar la corrupción.

Una empresa acude a una subasta y se hace con el contrato de la obra, de forma fraudulenta, ofertando un precio más bajo de lo real. Y se concede la obra, a sabiendas de que el presupuesto es falso. Lo saben todas las partes contratantes. Es parte del juego. Luego se arreglará con sobres por debajo de la mesa, pasando el cazo, y cargando la operación a las cuentas del dinero público. “Es la libertad de mercado, es el liberalismo en estado puro” ¡Qué barbaridad!

Una vez conseguida la adjudicación de la obra, empiezan a aparecer los sobrecostes. Llega la hora de cambiar el precio de las cosas. Entonces, por el contrario, muy por encima del valor real. Sobrecostes que se los reparten entre unos y otros. Se los reparten entre la empresa y el político de turno. Y pelillos a la mar. Ha llegado la oportunidad de hacerse ricos con el dinero de todos.

Sospechas, sí. Recordemos, por citar algunos ejemplos, la T-4 en Madrid, que terminó costando 2.000 millones de euros más de lo presupuestado; o la Ciudad de la Cultura en Galicia, que de 180 millones pasó a 400, para al final dejarla sin terminar y abandonada; o Terra Mítica, en donde el gobierno de Zaplana sabrá algo de sobrevaloraciones y recalificaciones; o la Ciudad de las Ciencias en Valencia, que terminó “multiplicando por cuatro” su coste inicial.

¿Qué ha podido pasar en el caso de Sacyr en Panamá? Probablemente, y es otra sospecha: que se ha roto la baraja. Alguien no ha obtenido lo que esperaba. Pero no pasa nada. Al final llegarán a un acuerdo, y se repartirán los sobrecostes.



No hay comentarios:

Publicar un comentario