jueves, 18 de julio de 2013

BÁRCENAS

  
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Apuntes del Siglo XX….y XXI
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Ponemos Bárcenas, como  podíamos haber puesto otros muchos títulos. Por desgracia para los españoles, tenemos donde elegir. Bárcenas es un símbolo, es el icono. Y lo peor de la cuestión es que algunos no vemos voluntad política de acabar con el impresentable fenómeno de la corrupción. Como en la mayoría de los casos, confluyen varios factores, y todos negativos. No hay nada positivo que haga albergar esperanzas de acabar con esta lacra. O al menos de tener los mecanismos que permitan descubrirlo y atacarlo de inmediato. Mecanismos que brillan por su ausencia, ocasionando una sensación de impunidad que crea alarma social.

Los culpables por este orden son: los corruptos, los partidos que los encubren, y la justicia que se eterniza. No nos engañemos los principales culpables son los chorizos que, en cuanto ven la posibilidad de echarse un euro al bolsillo se olvidan de toda ética y de toda “educación para la ciudadanía”. Pero, sin quitarles un ápice de culpabilidad, hay que admitir que siguen en su brecha, erre que erre, porque sus partidos políticos y la justicia colaboran, codo con codo, propiciándoles que se encuentren cómodos y seguros en su lucrativo camino.

La justicia a veces politizada, a veces por protagonismos, y la mayor parte de las veces porque no tienen los instrumentos a su alcance que le permitan avanzar lo que todos desearíamos. Pero es en la política donde radica el principal obstáculo. Los partidos cuando se enteran de que en su seno hay un corrupto, miran para otro lado. Se les cansa la boca de decir que ellos respetan y colaboran con la justicia. Pero no es cierto. Es puro teatro. Ya no hay quien se lo crea.

Vamos a poner a prueba ese “sincero” deseo de acabar con la corrupción con dos medidas. Dotar a la Justica de todos los medios suficientes para que los procesos se acaben en unos plazos razonables. Y la segunda, que desparezca la prescripción por los delitos de corrupción cometidos en el pasado, en el presente y en el futuro. ¿A que esos señores que tanto presumen de querer acabar con la corrupción, se oponen por todos los medios habidos y por haber? A ver quién es el primer político que se atreve a proponer estas dos medidas, y a ver quienes son los que se oponen.



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