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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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El profesor
Sartorius, escribía en un artículo de opinión, hace más de 20 años: “En España
tenemos la derecha más corrupta y más ineficaz de Europa, y si alguien piensa
que a través de la derecha se va a renovar o regenerar la vida política, es que
no conoce nada, nada de la historia de este país”. Este artículo puede leerse
en el libro “Siempre en la izquierda.
1980-2013” Leído ahora, 20 años después, en plena crisis de corrupción, es
muy fácil decir: ¡qué razón tenía! Pero no hay nada que no exija una
matización. Por su gravedad merece la pena hacer alguna reflexión.
Lo primero
que se me ocurre es que los pensamientos con cierta base, no pierden vigencia.
Los hechos se van sucediendo, van cambiando, pero la idea permanece. Cuando un
personaje público dice alguna vaciedad sin fundamento alguno, no tiene
recorrido. Se lo creen unos pocos por razones de parcialidad, pero muy pronto
desaparecen de la opinión pública. Sin embargo cuando una idea, está basada en
hechos contrastados por la historia, se mantiene viva, no desaparece.
De todas
formas, las cosas no son solo blancas o solo negras. Hay que matizar para no
caer en exageraciones, o lo que es peor, en aseveraciones injustas. La persona
de derechas por razones ideológicas, por su sentido conservador de la vida, por
un firme convencimiento, -inducido o no-, tiene todo el derecho a pensar así, y
a exigir un respeto por sus posiciones. Ser de derecha no es ser un corrupto.
La inmensa mayoría de esas personas no se merecen que se les aplique la frase
de Sartorius. Ni siquiera él querría referirse a todas las personas de
derechas.
Yo entiendo
la frase, aplicable a una buena parte, -no a todos-, de los dirigentes
políticos, o dirigentes del capitalismo empresarial o financiero. Esos son los
receptores, a quienes hay que aplicarles la frasecita. Y no solo el
calificativo de corruptos, sino la aseveración de no poder confiar en ellos
para la recuperación económica, ni mucho menos para la renovación y la
regeneración de la vida política de este país. El político, el empresario, o el
financiero que ha sembrado la semilla de la corrupción no puede acabar con
ella, no puede vendernos transparencia.
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