domingo, 21 de julio de 2013

UNA DERECHA CORRUPTA

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Apuntes del Siglo XX….y XXI
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El profesor Sartorius, escribía en un artículo de opinión, hace más de 20 años: “En España tenemos la derecha más corrupta y más ineficaz de Europa, y si alguien piensa que a través de la derecha se va a renovar o regenerar la vida política, es que no conoce nada, nada de la historia de este país”. Este artículo puede leerse en el libro “Siempre en la izquierda. 1980-2013” Leído ahora, 20 años después, en plena crisis de corrupción, es muy fácil decir: ¡qué razón tenía! Pero no hay nada que no exija una matización. Por su gravedad merece la pena hacer alguna reflexión.

Lo primero que se me ocurre es que los pensamientos con cierta base, no pierden vigencia. Los hechos se van sucediendo, van cambiando, pero la idea permanece. Cuando un personaje público dice alguna vaciedad sin fundamento alguno, no tiene recorrido. Se lo creen unos pocos por razones de parcialidad, pero muy pronto desaparecen de la opinión pública. Sin embargo cuando una idea, está basada en hechos contrastados por la historia, se mantiene viva, no desaparece.

De todas formas, las cosas no son solo blancas o solo negras. Hay que matizar para no caer en exageraciones, o lo que es peor, en aseveraciones injustas. La persona de derechas por razones ideológicas, por su sentido conservador de la vida, por un firme convencimiento, -inducido o no-, tiene todo el derecho a pensar así, y a exigir un respeto por sus posiciones. Ser de derecha no es ser un corrupto. La inmensa mayoría de esas personas no se merecen que se les aplique la frase de Sartorius. Ni siquiera él querría referirse a todas las personas de derechas.

Yo entiendo la frase, aplicable a una buena parte, -no a todos-, de los dirigentes políticos, o dirigentes del capitalismo empresarial o financiero. Esos son los receptores, a quienes hay que aplicarles la frasecita. Y no solo el calificativo de corruptos, sino la aseveración de no poder confiar en ellos para la recuperación económica, ni mucho menos para la renovación y la regeneración de la vida política de este país. El político, el empresario, o el financiero que ha sembrado la semilla de la corrupción no puede acabar con ella, no puede vendernos transparencia.



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