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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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Después de
la Segunda Guerra Mundial se refundaron muchas cosas. Se produjo un alto en el
camino para prensar, reflexionar, y sacar conclusiones. Era ineludible cambiar
algunas cosas. Desde finales del siglo XIX, incluso hasta una tercera parte del
XX, las desigualdades sociales en el terreno individual, y las desigualdades
entre países en el terreno colectivo, crearon un malestar de tal calibre que
todo explotó. Estallaron guerras civiles, y estallaron guerras continentales.
Por ello,
mediado el siglo XX, había que reflexionar. Era imprescindible. La política
tuvo que remangarse y ponerse manos a la obra. Los acontecimientos condujeron a
a la conclusión de que algo tenía que cambiar. Cambiar todo, desde los
principios ideológicos hasta las estrategias de actuación.
El mundo no
podía seguir ni un minuto más cabalgando entre la dicotomía de un capitalismo
explotador y un marxismo que negaba lo más profundo del individuo. Ambos tenían
que remodelarse y se remodelaron. El marxismo dio paso a una socialdemocracia
que admitía el capitalismo como revulsivo del crecimiento económico. El capital
debía ser el motor de la economía, el motor del desarrollo, el motor del crecimiento.
Pero ese crecimiento debía aprovecharse en el bienestar de las sociedades a
quien servía.
Bajo esos
principios se colocaron los cimientos de una sociedad más rica, más próspera, y
más igualitaria. Una sociedad que iba a disfrutar de unos niveles de bienestar
social nunca alcanzados. Capitalismo SÍ. Pero al servicio de la sociedad. El
capitalismo aporta el crecimiento, y la socialdemocracia aporta un reparto más
justo. Con este binomio se logró consumar medio siglo de crecimiento y
bienestar social.
Iba bien,
muy bien. Hasta que alguien empezó a utilizar su cabeza pensante para llegar a
la conclusión de que ese sistema no era sostenible. ¡Mentiras y gordas! Lo que
pensaron; lo que están intentando, es cambiar el modelo de funcionamiento para
que, de ese crecimiento no se beneficien todos por igual, sino que las
ganancias se queden en los bolsillos de unos pocos, solo para esas cabezas
pensantes.
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