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La Educación en España
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Ser iguales es una utopía inalcanzable, y
quién sabe si ni siquiera deseable. En una sociedad libre cada uno alcanza
aquello por lo que ha luchado. Pero no nos engañemos. Una cosa es que sean
médicos, ingenieros, o empresarios, quienes han luchado por conseguirlo,
quienes se han trazado eso como meta, quienes se lo han merecido por su valía o
por su esfuerzo, y otra muy distinta, es que la sociedad y sus dirigentes
trabajen con todo su empeño en crear las condiciones para que todos tengan
posibilidad de conseguirlo.
En una sociedad libre no tienen porqué
ser todos iguales, pero sí tienen derecho a disfrutar de las misas
oportunidades. Igualdad en términos absolutos, no; pero igualdad de
oportunidades, SÍ. Todos los chicos quieren ser como nuestro paisano Iniesta.
Todos no lo pueden alcanzar. Pero sí hay que darles la oportunidad a todos los
que lo deseen, al menos, de intentarlo.
Todo lo contrario de lo que está
ocurriendo. Algunos, con el pretexto de la crisis, y con el fácil argumento del
esfuerzo, se están cargando el principio consagrado de la igualdad de
oportunidades. Hoy tenemos la escalofriante cifra de 30.000 estudiantes al
borde de la exclusión del sistema por impago de tasas. Van a quedarse fuera del
campus universitario por no poder hacer frente a las matrículas. Esto es
inaudito e insoportable en una sociedad avanzada.
Un aumento medio disparatado en primera
matrícula, y una disminución muy considerable en la concesión de becas hace que
los recortes se ceben en aquellas familias que menos posibilidades tienen. El
incremento de los requisitos para tener una beca y el aumento de tasas no
impide a los estudiantes de familias pudientes seguir ocupando un puesto en la
universidad pública, costeada por todos. Y si no pudieran, aún les queda
abierta la puerta en una universidad privada, inalcanzable para la mayoría.
La crisis está siendo aprovechada por
algunos para aumentar las desigualdades. Acabar con el principio de igualdad de
oportunidades es un ataque frontal en el centro de la línea de flotación de una
democracia moderna.
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