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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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José María Maravall profesor de sociología, fue ministro
de Educación con Felipe González. Acaba de publicar un libro bajo el título de
“Las promesas políticas”. En el libro, entre otros muchos aspectos de la
sociología, trata de buscar explicaciones a la desafección que la sociedad
siente hacia políticos e instituciones que nos gobiernan. Es un fenómeno muy
complejo. Pero dada su nefasta influencia tenemos la obligación de reflexionar,
aunque sea por un momento.
En Europa y España, es necesario pensar en economía,
pero más en política. El principal, y más determinante error, que ha cometido
la política es precisamente no concederle la importancia que tiene la política.
De los sectores tradicionalmente más conservadores viene la frase de “las pelas
son las pelas, y que se dejen de políticas”. Otro gallo le hubiese cantado a la
economía, si hubiese estado dirigida por la política. Los políticos, -más
conservadores que progresistas-, pero todos, se han inclinado a los pies de los
poderes económicos. Y así nos ha ido.
Ponemos el grito en el cielo porque para todo hay que
contar con las autoridades europeas; nos declaramos hartos de estar manejados
por Europa, de una forma absolutamente equivocada. Pero tenemos lo que nos
merecemos. Los partidos han considerado, desde hace muchos años a Europa como
el refugio para los políticos que no saben qué hacer con ellos, y los
ciudadanos cuanto tocan elecciones europeas nos importan un pimiento. Y ahora
nos quejamos.
La economía se nos ha ido de las manos, porque no hemos
tenido políticos capaces de poner freno a los poderes financieros. Nos hemos
cegado con la prima de riesgo, con la crisis de la deuda, con el déficit… ¿Y de
qué ha servido? Si los partidos han perdido todo su prestigio, si los gobiernos
son los primeros en arrodillarse ante “las pelas”, si el ciudadano está
perdiendo derechos a una velocidad descontrolada, si el bienestar social se ha
ido, y más que se va a ir, al garete. La crisis económica es muy grave, pero lo
es más aún la crisis política. La democracia se tambalea; la estabilidad
política está en peligro; y los partidos, viéndolas venir, capoteando la
corrupción, y preocupados por su propia supervivencia.
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