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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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Si don
Práxedes Mateo Sagasta se asomara por un agujerillo y viese a políticos como
Aznar, o Rato, o Cospedal, o Rajoy, o Esperanza Aguirre, o la propia Merkel, autollamándose
liberales, seguro que diría: “Mira, mira, yo me vuelvo con San Pedro, que este
mundo no hay quien lo conozca”. Quien fundara en el año 1880, el Partido
Liberal, muerto 23 años después, observaría estupefacto como el liberalismo se
ha transformado en ese engendro que hoy llamamos neoliberalismo, que no es otra
cosa que un capitalismo salvaje que se ha llevado por delante toda la
estructura social que empezó a construirse a partir de la Segunda Guerra
Mundial.
Absorto
quedaría viendo a los que en teoría deberían ser los herederos del
conservadurismo, dejando a don Antonio Cánovas a la izquierda del progresismo.
Es verdad, que todo movimiento ideológico cambia, se adapta a los nuevos
tiempos. Pero lo que algunos han hecho con el liberalismo no es una evolución diacrónica,
es una prostitución en toda regla. Es más, han aprovechado como careta, el
liberalismo para introducir una estrategia especulativa que solo ha conseguido
aumentar las diferencias entre norte y sur, entre ricos y pobres. Eso no es
liberalismo.
Se han
llevado por delante el modelo de progreso y desarrollo basado en el bienestar
social. Han utilizado la coartada de que no se puede gastar más de lo que se
tiene para desmantelar toda la estructura pública de prestaciones sociales.
Coartada, sí. Porque no es cierto que se haya gastado más de lo que se tenía.
Es totalmente falso que “se haya despilfarrado”. No. Es que los ingresos han
caído como consecuencia de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Y la
burbuja inmobiliaria se produjo por políticas “neoliberales” encaminadas a
enriquecer el capitalismo financiero.
Esto se
parece al liberalismo como un higo a una castaña. Parecido, que no igual, a lo
que le ha pasado a la socialdemocracia. Bueno, a la socialdemocracia no, a los
que la han aplicado. Abandonar el marxismo, para incorporarse al sistema del
libre mercado, no debió significar nunca un seguidismo al mal entendido
liberalismo. Los socialdemócratas nunca debieron permitir que “las pelas
dominaran la política” Intervencionismo no. De acuerdo. Pero tampoco dejar que
campen a sus anchas. Tampoco dejar que sean ellos los que intervengan para
privatizar lo público, y así montar el negocio.
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