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La
Educación en España
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Las
decisiones emanadas del recuento de votos es la esencia de la democracia. Así
el partido gobernante se decide en las urnas. Pero no es lo mismo elegir un
partido, que tomar decisiones sobre una cuestión que tiene trascendencia en el
tiempo. Una cuestión que va a afectar tanto al gobierno que la toma, como a los
gobiernos que le sucedan. De ahí la necesidad de que tales cuestiones se tomen
por consenso y no por imposición, por mucha mayoría de que se disponga. El
desarrollo de una Ley Educativa va a tener vigor durante muchos años. Y si no
se hace así, el sistema educativo nunca se afianzará, ni en el Estado, ni en su
proyección pública.
Por eso se
ha dicho siempre que las cuestiones de Estado no pueden tomarse por decisión de
un partido solo. Una reforma educativa que se base en el recuento de los votos
en el Congreso de los Diputados, no tiene futuro ninguno. Será objeto de otra
reforma en cuanto cambie el signo del Gobierno. Y así no avanzamos. No hemos
tenido leyes malas; hemos tenido leyes sin propósito de continuidad; hemos
tenido leyes que ni siquiera han llegado a ponerse en vigor, se han reformado
antes.
Refiriéndonos
solamente a las últimas, recordemos que la LODE, aprobada en el año 2002, con
los únicos votos del Partido Popular, entonces con mayoría absoluta, y el apoyo
de Coalición Canaria, no llegó ni siquiera a ponerse en vigor porque en el año
2004, el Gobierno de Aznar perdió el poder. Estuvo ocho años gobernando y
esperó a introducir su ley cuando tenía mayoría absoluta. El espíritu de
imposición de sus principios así lo requerían. ¿Qué pasó? Que el gobierno
Zapatero tuvo que afrontar de nuevo la reforma de una Ley, que ni se había
establecido.
El Gobierno
Socialista propuso otra Ley en 2006, la LOE, que se aprobó en el Congreso de
los Diputados con la única oposición del Partido Popular, y la abstención de
CIU, BNG, y CHA. Esta es la Ley que ahora pretende reformar el PP. Esa es la
llamada reforma Wert. Sin entrar a discutir, ni analizar, las cuestiones que se
plantean en esta reforma, el fracaso está garantizado. No se ha consensuado. Va
a llegar al Congreso con la oposición total de toda la cámara, y de todos los
miembros de la comunidad educativa; hasta las comunidades gobernadas por el PP
están poniendo inconvenientes.
El ministro
Wert, el Gobierno Rajoy, y toda la derecha ideológica habrán conseguido su
objetivo. Pero nuestro sistema educativo entrará en un nuevo fracaso.
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