sábado, 9 de febrero de 2013

DEL 11-M A BÁRCENAS


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Apuntes del Siglo XX….y XXI
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El ambiente de corrupción generalizada en que se ha visto sumergido el Partido Popular, es muy grave. Lo más grave es que si se confirma lo conocido hasta ahora, la trama lleva funcionando más de 20 años. Grave para el partido y para el Estado. En cualquier país democrático moderno, esta situación es más que suficiente para ocasionar una crisis de gobierno. Con mucho menos motivos han caído gobiernos. Y mucho me temo que éste caerá. Si no cae, es porque la justicia es tan lenta que da tiempo a montar una maraña de triquiñuelas, que prolongan y prolongan el proceso.

Hay quien asegura que daños judiciales no se van a producir porque son expertos en dilatar los procesos, hasta que los presuntos delitos prescriban, o se encuentran fórmulas para que alguien decida archivarlo por defectos de forma. Lo hemos visto con el caso Naseiro y con el caso Garzón. La incógnita es si tendrán daños políticos. Es muy difícil pensar que no los vayan a tener; ¡quién sabe!.

Pero, por si lo dicho no fuera lo suficientemente grave, hay que añadir una pésima gestión de lo acaecido. Cuando el 11-M, el Gobierno de Aznar cayó, no por la gravedad de los atentados, sino por la pésima forma de gestionar aquellos graves acontecimientos. Quisieron frenar las consecuencias electorales del partido mediante la mentira. Quisieron engañar a los españoles, y lo empeoraron. Son expertos en establecer estrategias dilatorias para que los procesos judiciales se eternicen, pero son auténticos desastres para gestionar cuestiones de calado político.

Eso mismo está pasando ahora. La única diferencia es que Aznar se llama Rajoy, y Acebes se llama Cospedal. Pero están haciendo lo mismo. Quieren hacernos tragar lo imposible de tragar. En el Partido Popular, como todos, tienen sus aciertos y sus errores, pero lo que es indudable es que cuando se encuentran en una difícil situación no saben salir de ella. Acostumbrados al “y tú más” no se apartan de esa senda. Tiene la culpa el PSOE, tienen la culpa los medios de comunicación. Todos son culpables menos ellos. Y por si todo esto fuera poco se encuentran divididos, y sin un liderazgo claro y fuerte. Ya hay corrientes de pensamiento que sitúan el origen de esta crisis, precisamente en la lucha interna entre las diferentes facciones. Lo malo es que se le está haciendo un daño tremendo al prestigio de España.


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