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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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Resulta
apasionante el gran cambio experimentado desde el XIX hasta llegar al XXI. ¿Y
como será el cambio experimentado en España y en el Mundo, desde que ha
terminado el siglo XX hasta que finalice el XXI? No tengo miedo de equivocarme.
Tengo la certeza de no poderlo comprobar personalmente. ¿Acertaré en mis
previsiones?. Aquí como en economía todo se fundamenta en previsiones. Y con
las previsiones ya se sabe lo que pasa.
En mi libro sobre la historia del siglo XX, y perdón
por mi propia cita, escribía en su introducción, allá por el año 2006, antes de
la crisis, este párrafo: “La historia del
siglo XX es el reflejo del cambio experimentado a lo largo de estos cien años.
Es espectacular comparar la sociedad española de principios y de finales del
siglo. No vamos a ver como será esta sociedad cuando acabe el siglo XXI. Otros
lo verán y lo estudiarán. Hay quien dice que va a ser el siglo de la
solidaridad y del bienestar de todos los pueblos de la tierra. Desde estas páginas
no somos tan optimistas aunque deseamos que sea cierto”.
Han bastado 6 años para que las previsiones más
optimistas se hayan derrumbado. Hombre, faltan casi otros 90 años, y puede
pasar de todo. El hecho de que los principios del siglo XXI nos hayan colocado
en peores condiciones sociales, no significa que tengamos que descartar
aquellas optimistas previsiones de conseguir a finales del XXI un mundo más
solidario, más avanzado, y con menos desigualdades económicas y sociales. Puede
ser, aunque los principios no hayan sido buenos. Mantengamos aún la esperanza
de lograrlo, y que, al menos, el avance que ha supuesto la transición de 1900 a
2000, sea comparable al paso del 2000 a 2100.
Las guerras y las dictaduras van a ser
sustituidas, de eso no cabe la menor duda, por la política y la democracia.
Ahora ya no se derrota al enemigo con espadas y escopetas, ahora se derrota al
adversario con estrategias, debates, discusiones y consensos. Ahora la
sociedad, y eso se lo debemos al siglo XX, piensa más y mejor, con el estómago
y la mente bien alimentados, o al menos, mejor alimentados.
Pero vayamos al objetivo que nos proponemos:
¿Cómo será la sociedad en el año 2100? Hemos empezado diciendo que algunos
piensan que será más solidaria, más avanzada, y con menos desigualdades. Ojalá,
y así sea. Pero estos primeros años del siglo XXI, nos han enseñado, nos tienen
que enseñar, que el camino iniciado no es el correcto. No le echemos la culpa a
la crisis. Al revés la crisis es la consecuencia de políticas equivocadas.
Políticas que no van a conducir a un mejor siglo XXI. El camino debe dibujarse
con solidaridad y acercamiento entre los pueblos, entre los hombres. Rompiendo
la barrera de las desigualdades.
Ahora el enemigo que nos acecha, no viene armado
con tanques, o escopetas. Viene con un disfraz mucho más sibilino, pero tan
destructivo o más, que las armas reales. Ahora el enemigo es de cuello blanco.
Viene dispuesto a pillarnos vivos en el momento menos esperado. Ahora el
enemigo viene cargado de ideología, o más bien de estrategia. Y sobre todo
viene con ideologías y estrategias ocultas. Políticos o financieros, que nunca
dicen sus verdaderas intenciones. Dicen que están trabajando por el bien de la
sociedad, y lo que hacen es trabajar para llevárselo crudo a su redil. Dicen
que están trabajando para crear empleo y lo que hacen es destruirlo. Dicen que
trabajan para garantizar los servicios básicos, y los están desmantelando.
Este es el enemigo que nos acecha en el arranque
del siglo XXI, y si la sociedad, presente y futura, no es capaz de hacerle
frente, nos vencerá, y no lograremos esos objetivos más optimistas para finales
de siglo.
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