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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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Mario Conde
o Sánchez Gordillo. ¿Difícil elección? No. Facilísimo. No me quedo con ninguno
de los dos. Iguales y distintos. Iguales en populismo. Y el populismo nunca es
bueno. Distintos, porque uno pertenece a la extrema derecha, y el otro a la
extrema izquierda. De todas formas, si me apretaran a elegir uno, me quedaría
con Sánchez Gordillo, porque al menos es coherente con su actitud. Mario Conde
cuando dice que el objetivo de su partido es regenerar la política, me hace reír,
por no llorar. Pero insisto: populistas los dos, antisistema los dos. Y ni lo
uno, ni lo otro, sería bueno para la política en España. ¡Rechazados los dos!.
¿Está claro?
Pero si no
me gustan ninguno de los dos, ¿por qué les dedico unas líneas en mi columna?
Sencillamente porque el populismo aparece en el espectro político cuando los
políticos llamados “del sistema” no funcionan. El oportunismo de los populistas
es aprovechar el río revuelto para asomar su patita. Y eso es lo que debería
llevarnos a pensar seriamente. En la historia, el populismo y los antisistema,
siempre aparecen en los momentos de malestar social. Por tanto la culpa no es
de populistas o antisitema. La culpa es de quienes no han sabido hacer frente a
un problema que sufren los ciudadanos. Lo sufren y mucho. Son víctimas de los
errores del sistema.
Sí. Porque
no es el sistema lo que falla. Lo que ha fallado es que el sistema no ha
previsto defenderse de quienes amparados en ese sistema, abusan. Han hecho de
su capa un sayo. Se han reído del sistema.., y lo derrumbarán, si no somos
capaces de evitarlo. La ideología del más poderoso, y la corrupción, han puesto
patas arriba el sistema. Unos se han unido al carro, porque es la base de su
ideología; otros se han arrugado, y no le han hecho frente.
Pero no
necesitamos antisistemas populistas. El sistema que tenemos nos ha
proporcionado unos niveles de vida y un bienestar social, nunca logrado en la
historia de la humanidad. Así que no vengan a rompernos el sistema, que es
nuestro, muy nuestro, y ha funcionado. Lo que tenemos que hacer, -desde el
sistema mismo-, es parapetarnos de los peligros de quienes quieren derrumbar
ese nivel de vida y ese bienestar social; quieren acabar con él; por ideología
y/o por dinero. No busquemos el enemigo en Conde o Gordillo. Los culpables
están dentro del propio sistema.
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