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Apuntes del Siglo
XX….y XXI
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Desde esta
columna, y desde otras muchas, se viene diciendo con insistencia que la crisis
económica que sufrimos es debida, entre otras causas, a una crisis política de
muy difícil previsión. Pero que es la causante, en gran medida, de los
problemas que la sociedad actual está padeciendo. Si estamos convencidos de que
la política, como representante de la soberanía ciudadana, es quien debe
pilotar los vaivenes de la economía, tendremos que concluir que la política
debe situarse en un plano superior, pero sobre todo independiente. El político
no pude tener intereses en la economía porque, a partir de ese momento, se le
acabó la independencia.
Pues bien,
estos dos personajes, -Rato y Guindos- se han montado, y seguro que seguirán montados,
en el péndulo de la política y las finanzas, alternativamente. Y ese péndulo,
como envenenado incensario, nos está soltando el humo que nos intoxica. Es
inevitable, como estamos viendo, que sus experiencias en la política las
trasladan a su mundo mercantil, y llevan a la política los conocimientos
adquiridos en los mercados. Y así seguirán. Este fenómeno es muy habitual en el
mundo del liberalismo. Habitual y tentativo, porque algunos políticos que no
proceden del mundo liberal, han caído en esa dinámica. Quizá porque sea muy
lucrativa. Pero a la política no le ha hecho nada de bien. La llenan de
“productos tóxicos”.
Estos
vaivenes de lo público a lo privado, tienen como consecuencia más inmediata, la
invasión de lo privado en lo público. El final de este recorrido es que el
mundo de lo privado se apodera de la política. La Sanidad se administra con
criterios mercantiles. La Educación se organiza para seleccionar a los
ciudadanos. Se olvidan que son servicios, y no operaciones al servicio de intereses
monetaristas. Ahora tenemos un ejemplo, tan claro como elocuente. El Gobierno
de España, “formado por políticos” encarga a agencias privadas la inspección de
nuestro sistema financiero. Agencias que han demostrado en su trayectoria
tremendos errores en sus diagnósticos, porque actúan en beneficio de los
mercados y de las entidades financieras que representan. Como diría Xavier
Vidal-Folch: poner las zorras al cuidado del gallinero. Es una clara crisis
política, que nos conduce al desprestigio total de todas las instituciones
públicas.
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