sábado, 7 de abril de 2012

DESCONTENTO CRECIENTE

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Apuntes del Siglo XX….y XXI_______________________________________________



Desde algunos sectores de la “opinión publicada” se ha insistido hasta la saciedad que sin haber llegado a los cien días, este Gobierno ya ha sufrido una huelga general, en claro contraste con el anterior Gobierno que no se le hizo hasta pasados algunos años en el poder. En cuanto a fechas es verdad, pero en cuanto a razones y motivos, ya no es tan verdad. Son quienes no pretenden analizar la huelga, ni la reforma laboral, ni sus consecuencias. Se limitan a criticar al PSOE y a los sindicatos. Y si estos no existieran mejor. Les resulta difícil reconocer que, con sus aciertos y sus errores, son una pieza fundamental en democracia.

Al Gobierno de Zapatero no le hicieron una huelga, hasta que no llegó su reforma laboral. Una reforma laboral de juguete, al lado de ésta. Algunos olvidan que durante la primera legislatura de Zapatero, antes de llegar la crisis, en España se creaba más empleo que en la media de Europa, y que en España se pusieron en marcha avances sociales como en ninguna otra etapa de nuestra historia.

Era lógico que los sindicatos no se movilizaran cuando el salario mínimo subió; las pensiones, sobre todo las más bajas se elevaron; se introdujeron avances sociales sobre la igualdad; se aprobó la Ley de la Dependencia como cuarto pilar del bienestar social; se aumentaron las ayudas al estudio; se aumentó la inversión en Educación y en Sanidad; mejoraron las infraestructuras. Y además de todas estas innovaciones el Gobierno logró por primera vez un superávit en las cuentas públicas. ¡Cómo iban a movilizar a la sociedad en contra del Gobierno!

La huelga, hay que valorarla desde sus motivaciones. No en si han tardado mucho o poco en convocarla. Esta huelga se ha convocado por una reforma laboral de gravísimas consecuencias para el mundo laboral y para el estado del bienestar. Desde el punto de vista laboral rompe el equilibrio en las relaciones de empresario y trabajador. La sustitución de los convenios colectivos y de la intervención de la Administración, por acuerdos unilaterales deja al trabajador sin las garantías de que alguien lo defienda.

Pero hay algo de mucha más trascendencia para un futuro no muy lejano. La clase media que se potenció en España en los años ochenta, tiene sus días contados. Todos los analistas coinciden en que el salario medio va a descender entre un 30 y un 40 %. La clase media, que es el sustento en el crecimiento económico, va a quedar debilitada y disminuida. Y no digamos las clases más necesitadas. Por tanto hay motivos para la huelga y para un descontento creciente.


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