viernes, 23 de marzo de 2012

ESTADO AUTONÓMICO


__________________________________________
Apuntes del Siglo XX….y XXI
__________________________________________

  
A poco que echemos un vistazo a través de un tiempo no muy lejano encontraremos posiciones un tanto contradictorias, incluso curiosas sobre el Estado de las Autonomías. Ahora, con motivo del obsesivo tema del déficit, se habla del despilfarro de las autonomías y de su responsabilidad en el déficit del Estado. Si hubiese sido la primera vez que se habla de las Autonomías como culpables en gran parte de los problemas que acechan a España, podríamos pensar que algo tienen de razón los que así lo argumentan. Y puede que algo haya de verdad. Pero es que no es la primera vez. Llueve sobre mojado desde hace bastante tempo.

Cuando estábamos en pleno debate del Título VIII de la Constitución sobre el diseño de un Estado Autonómico, ya se oyeron voces calificando este asunto de desbarajuste insoportable, de descuartizar España, o de resquebrajar los cimientos de nuestra unidad. En el año 2010 la FAES publicaba un estudio “Por un Estado autonómico racional y viable”; de una manera más moderada y equilibrada, que 32 años antes, pero continuando en la misma línea de poner en solfa los inconvenientes y los peligros de las autonomías. No vaya a ser que con el pretexto del despilfarro regional lo que en el fondo se pretenda es volver a la idea del centralismo.

Con la crisis y el déficit público de 2011 arrecia la tormenta antiautonómica. Está arreciando el convencimiento de que las autonomías son las principales responsables del desfase registrado en las cuentas públicas. Y no es cierto. El gasto público en España está repartido de la siguiente forma: autonomías, 36,2%; Seguridad Social, 29%; Gobierno central, 22%; municipios, 12,8%. Por tanto es fácil concluir que el mayor capítulo de gasto corresponde a las autonomías. A eso hay que añadirle que el 80 % del dinero que manejan va destinado a sanidad, educación y servicios sociales. Con la suma de estos dos datos los recortes de las autonomías sin afectar al bienestar social es prácticamente imposible.

Todo en la vida es revisable, y mejorable. Hay que corregir duplicidades perniciosas, hay que corregir algunos desfases en sus cuentas, hay que vigilar quien se lo gasta en temas de bienestar social y quien se lo gasta en obras faraónicas y de autobombo, hay que corregir el dinero que se ha deslizado en procesos de corrupción, hay que corregir las desviaciones hacia lo privado con perjuicio de lo público. En definitiva hay que estar vigilantes en todo el entramado del Estado Autonómico. Pero también hay que estar “muy vigilantes” para que no se nos cuele de forma sibilina el menoscabo de la descentralización política y administrativa que tanto ha beneficiado a la modernización de España. A ver si el déficit va a ser el pretexto para introducir ideologías que subyacen desde hace mucho tiempo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario