domingo, 16 de octubre de 2011

LA EDUCACIÓN, PÚBLICA




No hay bien que por mal no venga. O como se diga. Lo único bueno que están produciendo los recortes del Gobierno Cospedal, es la apertura de un debate sobre la Educación pública o privada. En una sociedad que a veces parece como si estuviera dormida, pero no lo está. Salta cuando le pisan. Lo bueno sería que los políticos, atentos a las inquietudes sociales, abrieran el debate de forma institucional. Pero no lo van a hacer. Una presidenta que dice a los profesores en huelga, con tintes de amenaza, que tendrán que explicar su actitud cuando este año se han contratado más interinos que otros años, es que no quiere debatir. No está en condiciones de hacerlo. Tendremos que conformarnos, que no es poco, con el debate de la calle.

Uno de los grandes adelantos de las democracias modernas, es que ni todo es blanco, ni todo es negro. Ni todo debe ser público, ni todo debe ser privado. No hay cuestiones absolutamente privadas, ni absolutamente públicas. Lo cual no significa que determinadas cuestiones deban sustentarse fundamentalmente en el sector privado, y otras deban cifrar su sustento en el sector público.

El sector del calzado, por citar un ejemplo, tiene que ser eminentemente privado. Aunque presten un servicio a la sociedad, todos lo prestan, quien monta una fábrica de zapatos lo hace pensando en ganar dinero. Y si esa empresa gana dinero estará generando riqueza y empleo. Es el sector de la economía que debe partir de la iniciativa privada. Sin perjuicio de que la iniciativa pública, en casos excepcionales, pueda compensar alguna deficiencia en el sector.

Pero cuando nos salimos del sector económico, crematísticamente hablando, y nos adentramos en los sectores destinados a cubrir necesidades sociales básicas, ya la cosa cambia. Son servicios que deben sustentarse en la iniciativa pública. Sin perjuicio tampoco, de que existan mecanismos complementarios al sistema público. Un hospital, un instituto, un colegio, una red de transportes, no pueden montarse bajo la idea de ganar dinero, no puede pensarse en el rendimiento económico.

Si un hospital o centro de enseñanza, privados, dejan de ganar dinero, tienen que cerrarlo. No se puede sostener. Es lógico. Por tanto tienen que atender a criterios de rentabilidad. Tienen que crear una infraestructura que atienda a los aspectos rentables. Pero aquellas funciones que no lo sean, no podrán nunca atenderlas. Hay funciones en la sanidad y en la educación, que no pueden ser rentables. Pero como es un servicio básico, que debe llegar con la misma calidad a todos los ciudadanos, por razones de justicia social, debe sustentarse fundamentalmente en iniciativas públicas. Insistiendo en que pueden y deben complementarse con privadas.

Hay mucho más que decir, y debatir, pero aquí no cabe más. Seguiremos otro día.



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