miércoles, 5 de octubre de 2011

ENGAÑO HISTÓRICO

No. No nos engañemos. Los recortes a la Sanidad y a la Educación Públicas, no son consecuencia de la crisis ni de la situación ruinosa que han heredado. Ese es el pretexto. Pretexto que sería otro, si otra fuese la situación de crisis. No es problema de crisis económica, no es problema de herencia, no es problema de lo malos que son los demás. No. Es problema ideológico. El Partido Popular, como buen partido liberal y conservador, pretende mantener el criterio de lo privado sobre lo público. Deben decirlo con claridad. ¿Por qué tienen miedo a decirlo?

Manuel Azaña, hace ya muchos años, rogaba a los sectores republicanos que estaban cometiendo atrocidades, que no lo hicieran porque les estaban poniendo en bandeja a la derecha el pretexto para iniciar una cruzada que salvara a España. Y no era verdad. Si esas barbaridades, que se cometían, no se hubiesen cometido “la cruzada” se hubiese producido igual. Porque el verdadero interés de los más conservadores, de los más involucionistas, era detener el progreso al que tanto temían.

Lo que no querían, aunque no lo decían, era que se extendiera el sufragio universal, la igualdad de derechos de las mujeres, el fortalecimiento del sindicalismo, la descentralización de España, la extensión de la educación a todas las clases sociales, etc. etc. Lo que no querían, en definitiva, es que España entrara en el camino del progreso y la modernidad que se estaba apuntando. Eso lo advirtió Azaña y no se equivocó. La sublevación se produjo, la cruzada se llevó a cabo, y las barbaridades siguieron produciéndose. Lo que sí se produjo fue un frenazo en todo lo que hubiese significado cultura, educación, libertades y derechos.

El consejero de Educación de Castilla-La Mancha denunció como “desbarajuste” que en nuestra región hubiese un 70 % de enseñanza pública, frente a un 30 de privada. Eso no es crisis. Eso es ideología conservadora. El mismo “desbarajuste” que se encontró Esperanza Aguirre cuando llegó al poder en los años del “tamayazo”, y entonces no había crisis: un 70 % de pública y un 30 % de privada. Pues bien: después de una larga temporada en el gobierno, el porcentaje de privada ya sobrepasa el 50 %. Y eso no es por la crisis. Ahora, Esperanza Aguirre, mientras ha recortado la enseñanza pública con 80 millones de euros, ha subvencionado por distintos caminos a la privada con 90 millones. Eso no es por la crisis. Es sencilla y llanamente por razones de ideología conservadora.

Cospedal y su gobierno van por el mismo camino. Si de verdad fuese por la crisis, hubiesen abierto un debate con todos los sectores implicados en la Educación para ver de dónde se puede recortar, -que lo hay-, sin menoscabo de la enseñanza pública. ¿Por qué no abrimos este debate? ¿Por qué no debatimos sobre la enseñanza pública y la enseñanza privada? Debatir, en lugar de imponer.


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