PAGAR A LAS FARMACIAS

Es un problema muy serio. Es uno de los problemas más importantes y de mayor trascendencia que tenemos en Castilla-La Mancha. Es un problema difícil de resolver, porque cuesta mucho dinero y las arcas públicas no están en su mejor momento. Ni están, ni estaban antes. Es tan importante el problema que nos jugamos nuestro sistema sanitario. Por cierto, uno de los mejores el mundo.

Uno de los mejores sistemas del mundo, en un país en el que los impuestos no son los más altos, un país que no tiene un tejido industrial y un crecimiento económico elevado, un país que está pasando, como otros, por una crisis tremendamente devastadora. Es pues prioritario plantearnos si queremos mantener este sistema, y en el nivel de prestación que lo tenemos. Hay que decirlo claro. No hay que andarse con ambages confundiendo a los ciudadanos. Partamos de este punto: ¿Queremos este sistema de sanidad pública, o queremos acabar con él? Si lo que queremos es lo segundo; si queremos fundamentarlo en una sanidad privada; si no estamos decididos a mantener el actual sistema; digámoslo claro. Tenemos que saberlo.

Descartemos esta posibilidad, y afiancemos nuestra posición en mantener el sistema de sanidad pública que nos hemos dado, después de muchos años de grandes esfuerzos. No ha sido fácil llegar al punto en el que estamos. Reconozcamos que mantener el sistema cuesta mucho dinero y presenta grandes dificultades. Es cierto. Pero ahí es donde se ven los grandes políticos. Los políticos de raza, los políticos con categoría, los políticos que esperamos los ciudadanos.

Un político serio, empieza por pensar, buscar soluciones y diseñar unas actuaciones para mantener la defensa de los intereses de la ciudadanía. Cuando un político, ante circunstancias adversas, opta por echar la culpa a los demás, por insultar, por acusar a los anteriores responsables, por faltar a la verdad, para justificar, o bien sus intenciones ocultas, o bien, su incapacidad de gobernar, mal asunto.

Si los actuales gobernantes de Castilla-La Mancha, quieren dar la talla que nos ofrecieron cuando estaban en la oposición, tienen que actuar de otra forma. Si es verdad que quieren mantener el sistema, -otra cosa es que no quieran mantenerlo- deben recurrir a una estrategia constructiva. Se puede mejorar y abaratar, sin duda, el gasto farmacéutico; se puede mejorar y abaratar el sistema de guardias médicas; se pueden rentabilizar mejor los recursos invertidos, seguro. Todo eso, y muchas más cosas, son mejorables.

Los ciudadanos queremos ver a los actuales gobernantes, pidiendo ayuda a los anteriores que se les supone conocedores de la verdadera dimensión del problema. Ver a todos sentados en una mesa estudiando la mejora de todos estos aspectos, en lugar de lanzar en los medios tremendas acusaciones. Acusaciones sin sentido. ¿Es que no saben hacer otra cosa? o ¿es que lo que quieren hacer no es confesable?