lunes, 5 de septiembre de 2011

EL PODER FINANCIERO

Nunca jamás deberíamos llamarlo poder financiero. Debe llamarse sistema financiero. Pero desgraciadamente, ha sido, y cada vez más es, un poder por encima del poder civil. Son los líderes políticos los que deben controlar el  sistema financiero, y no al revés, porque ellos tienen la máxima representación de la soberanía popular. En democracia, el poder civil debe estar por encima de todos los poderes. Es más, todos los demás no deben ostentar el título de poder. Deben ser simplemente sistemas al servicio de la soberanía popular, y por tanto, al servicio del poder civil.

Lo contrario es contravenir la regla fundamental de la democracia. En democracia hay tres poderes fundamentales: el legislativo, el judicial y el ejecutivo. La separación de estos tres poderes es la esencia de la democracia. Tres poderes que deben actuar con absoluta independencia. Son los tres poderes en que se divide el poder civil, y del que todos deben supeditarse. Cuando alguno de los sistemas al servicio del poder civil, han pretendido actuar por encima de él, se han producido los peores momentos de la historia.

El ejemplo más claro y reciente lo hemos tenido en España, igual que en otros muchos lugares. Cuando el ejército interviene en la gobernabilidad del Estado suplantando al poder civil, se producen las dictaduras de tan triste recuerdo en la memoria. Hasta que el ejército no se ha colocado en su sitio como “un sistema de defensa” al servicio del poder civil no se ha establecido la normalidad. Se trata de una suplantación de poderes que hemos padecido en España y que desgraciadamente aún existen por el mundo.

¿Y por qué se producen estas anomalías? Por la debilidad del poder político y porque ciertos sectores de la política ayudan a que se produzcan. A veces ciertos partidos políticos colaboran en que se produzcan estas inversiones del poder establecido. Se identifican con ellos. Es, precisamente, lo que está pasando con el mal llamado poder financiero. El liberalismo ideológico ha contribuido, y contribuye, a que el poder financiero campe por sus respetos. Han contribuido a que el poder financiero sea el que marque el ritmo a los políticos que representan a la soberanía popular.

Por esa misma razón, porque el sistema financiero actúa como poder, es por lo que los políticos de izquierdas y de derechas, se ven obligados a tomar las mismas medidas. Las medidas, que es verdad que son absolutamente necesarias. Pero son necesarias porque el poder financiero es el que las impone, es quien marca la pauta. Es claro que se trata de una alteración del poder civil, y mientras las cosas no vuelvan al orden, debidamente establecido, el liberalismo mal entendido y los mercados abusadores del sistema mandarán en todos, y no habrá gobierno capaz de hacerles frente. Es muy difícil, es muy complicado, pero merece la pena que alguien asuma el reto de conseguirlo. Y lo que está muy claro es que un partido identificado con ese liberalismo no lo va a hacer.




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