martes, 19 de julio de 2011

... y por eso soy manchego


Así reza la jota valdepeñera. Sí. Soy manchego. Enamorado de mi tierra “hasta los tuétanos”. Y no hay cosa que más me duela que alguien venga de fuera a utilizar mi patria chica para sus espurios intereses.

La mayor parte de mi vida, la pasé bajo el complejo convencimiento de que vivía en una tierra pobre y marginada. En mi época de estudios, o de mili, sentía la sensación de pertenecer a una región más retrasada que las demás, de donde eran mis compañeros o amigos. Y era verdad. Aunque, no por eso, la quería menos.

Sin embargo en los últimos años he experimentado una de las mayores venturas que un manchego, no podría ni haber soñado en tiempos pasados. Lejos quedó aquel complejo convencimiento, que se tornó en orgullosa satisfacción.

Ya no teníamos que ir a Madrid a curarnos. Ya no teníamos que salir de nuestra región para elegir una carrera. Ya no teníamos que viajar para disfrutar de eventos culturales. Nos habíamos colocado en cabeza en energías renovables, en autovías, en tren de alta velocidad. En definitiva, nuestro nivel de vida se había situado igual o mejor que en otras regiones españolas. Castilla-La Mancha había logrado situarse como ejemplo de avance y progreso.

Por todo ello, me está doliendo sobremanera, que Castilla-La Mancha vuelva a aparecer en España y en el Mundo por sus aspectos negativos. En unos días, hemos pasado a ser un mal ejemplo. Se habla, y no para bien, en todos los medios nacionales. Incluso ha llegado el mal ejemplo a agencias de calificación como Moody´s. Estamos apareciendo en medios tan importantes como el Financial Times o el Wall Street Journal. ¡Con la cantidad de cosas buenas que tenemos!

Y todo por una estrategia política de promoción personal. Quizá el tema de la deuda quede como aquello de que el PP estaba siendo espiado por el PSOE, o que el ministerio del Interior utilizaba a la policía y a la fiscalía para perseguir al PP. ¡Basta ya de alarmas! Quizá el gobierno saliente baje las cifras, normal; quizá el que llega las intente subir, normal; quizá otro poco que haya cambiado en estos dos meses, normal; quizá unos cuenten lo que falta por ingresar, y los otros no, normal. Lo que no es normal es la alarma que se ha montado. Sin entrar en la guerra de cifras la deuda de Castilla-La Mancha, con todo lo grande que sea, es un porcentaje pequeño, ínfimo, con respecto al total de la deuda en España. Y mucho más insignificante todavía si lo comparamos con la deuda privada. No hay motivos para alarmar.

Hablar de deuda en momentos de crisis económica y de confianza de los mercados, es una irresponsabilidad. Digan una sola administración que no tenga problemas de liquidez para pagar facturas. ¿Por qué hablan solo de nuestro querido pueblo? Es gratuito e injusto. Injusto que unos señores venidos de fuera, y palmeados por otros de dentro, estén dando esta imagen destructiva. ¿Por qué no incluyen en su campaña de lucha contra la deuda otros ejemplos? ¡Ya vale. Por favor! Ahora toca gobernar. Ahora toca solucionar los problemas que son muchos y muy difíciles. Toca defender lo que en Castilla-La Mancha hemos ganado entre todos.


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