sábado, 14 de mayo de 2011

Sadan Husein y Bin Laden



Resulta evidente que la sociedad internacional se congratula por la desaparición de Bin Laden, porque supone la caída del icono más emblemático del terrorismo internacional. Al menos supone un claro estado de tranquilidad.

Pero reaviva el debate de lo que significa el terrorismo de estado. Muchos nos preguntamos, desde la ignorancia, si no hay otros procedimientos para acabar contra el terrorismo. ¿No había otro remedio que matar a Sadan Hisein y a Bin Laden.? Posiblemente no. Pero, de todas formas, estas dos muertes, presentan una clara diferencia.

Mientras a Bin Laden ha muerto en un asalto a su vivienda, por cuerpos de élite especializados, para acabar con Sadan Husein se masacró a 300.000 personas y se destrozó un país que aún no ha levantado cabeza. No hubiese sido menos malo que una investigación de los servicios de inteligencia le hubiesen puesto un petardo debajo de su sillón.

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