martes, 17 de mayo de 2011

RETRATO REAL O VIRTUAL


En todo proceso electoral conviven dos aspectos fundamentales a la hora de decidir el voto: lo que se ha hecho, y lo que el ciudadano percibe que se ha hecho; el programa electoral que se presenta y la imagen que proyecta el candidato; su aspecto real y su aspecto virtual.

El problema de una campaña es acertar en la combinación de estos dos aspectos. A unos partidos les interesa más, la realidad de lo que se ha hecho, el contenido de su programa, en definitiva, la realidad política. A otros les interesa más lo que se percibe, la imagen que proyecta, es decir una imagen virtual. Imagen virtual, que muchas veces, por simplista, resulta falsa o manipulada.

El partido que ha trabajado, el partido que presenta un programa basado en realidades, el partido que ha marcado su trabajo en la solución de los problemas, le interesa mostrarlo, le interesa que el ciudadano perciba la realidad de lo hecho y de lo presentado. Por el contrario, el partido que no ha aportado nada positivo, que sólo se ha limitado a destruir y desprestigiar al adversario, el partido que en lugar de intentar solucionar los problemas, se ha aprovechado de ellos para machacar al otro, le interesa mucho más, la imagen virtual, lo que se percibe, y nunca la realidad.

Es esta, y no otra, la razón por la que María Dolores de Cospedal no ha aceptado un debate con José María Barreda. Un debate entre ambos hubiese puesto claramente de manifiesto el desconocimiento y el vacío de contenido de la candidata del PP. Es la misma razón, por la que Rajoy se pasa de mitin en mitin, sin mojarse, sin entrar en el análisis de los problemas que afectan a España. Ninguno de los dos se salen del guión: “A Castilla-La Mancha y a España las han hundido el partido Socialista y hace falta un cambio de gobierno” ¡Cuánto antes mejor!

Pero para percibir la realidad y no dejarse llevar por los mensajes simplistas y falsos, no sólo es necesario una adecuada estrategia. Estrategia, que el PP está llevando a cabo magistralmente. Influye de manera decisiva la cercanía de las actuaciones políticas. Dos ejemplos:

1.- La percepción virtual no puede esconder la realidad, en un ayuntamiento como el de Valdepeñas. Por mucho mensaje simplista y falso, la realidad se palpa con solo dar un paseo por la ciudad. Los ciudadanos vemos todos los días, las calles nuevas, los polígonos industriales,  los pasos a distinto nivel, la gestión del agua, los colegios, los centros de día, y una larga lista que no es ni necesario explicar porque se ve.

2.-  Otra cosa es, la política regional. Al ciudadano le llega con mucha menor intensidad la actuación del Gobierno de Barrada. No se palpa en el día a día. Es una política menos cercana, pero existe. En Castilla-La Mancha se ha difuminado con mensajes virtuales, simplistas y falsos toda una realidad de progreso. No estamos a la cola. Estamos igual o mejor que otras comunidades. A la totalidad de la ciudadanía no le llega asiduamente la realidad del AVE, de las autovías, de la Universidad, de las ayudas al estudio, de los centros educativos, de la ayuda a discapacitados, la Ley de Dependencia, de los hospitales, de los centros de día, de las residencias de mayores, de la defensa del agua, o de las energías limpias. Por eso Cospedal no ha querido debatir. Para que el mensaje virtual, siga ocultando nuestra realidad.




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