jueves, 19 de mayo de 2011

EL 15-M Y LA CAVERNA




El 15-M, como movimiento que reclama una democracia real, se merece, al menos, que se le escuche. La trascendencia y la verdadera dirección está por ver. Como todo movimiento social y espontáneo, se conocen las motivaciones que se han venido incubando a lo largo de mucho tiempo. Ni siquiera se puede considerar como una reacción a la crisis. Es algo mucho más profundo, que el propio movimiento irá perfilando. No se produce como acuerdo escrito. No. Es algo espontáneo.

Desde ese punto de vista, valoro muy positivamente, a los que se posicionan diciendo que debemos “recibirlo con los ojos y oídos muy abiertos”. Es una posición razonable y prudente, moral e intelectualmente. Se equivocan los que, desde la política, quieren identificar las posiciones del movimiento con las suyas propias. No es razonable, y no están entendiendo el movimiento.

Pero lo rechazable absolutamente, repudiable y obsceno, es la reacción de ciertos opinadores y medios, que lo consideran una maniobra del PSOE para vencer en las elecciones del 22-M. Vuelven a la impresentable cantinela del 14-M, de 2004, por la que justificaron la derrota. Alguien de ese sector, sin escrúpulo alguno, se atreve a decir que el 15-M tiene olor a Rubalcaba.

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