martes, 24 de mayo de 2011

LOS TSUNAMIS

El Partido Popular ha entrado en autonomías y municipios como lo hubiera hecho un auténtico tsunami. Todos sabemos la fuerza devastadora que tienen los tsunamis. Pero contra el fenómeno no se puede luchar, es algo natural y consustancial con la propia naturaleza. Por tanto hay que descartar la lucha contra ellos. Pero eso no debe explicar una posición estática por la que nos sorprenda cruzados de brazos, sin haber estudiado siquiera, la forma de prevenirlo.

Los tsunamis hacen mucho menos daño, casi ninguno, en aquellos lugares en los que hemos preparado infraestructuras fuertes, construcciones capaces de superar todos los movimientos que la naturaleza vaya enviando. Los tsunamis arrasan los barrios humildes, zonas construidas de forma endeble, donde el más mínimo soplo se las lleva. Y después a lamentarse.

No. No basta con lamentarse, no sirve de nada. Para hacer frente a los tsunamis no hay otro camino que, estar preparados como una sociedad fuerte. Una sociedad, o un colectivo, avanzado técnicamente. Estudiando todas las posibilidades y previniendo todos los males que pueden ocasionar. Esas sociedades son las que pueden vencer a los tsunamis. Las que lloran, cuando llegan, los que se lamentan de cómo los ha dejado, los que se conforman con echar la culpa a unas fuerzas inexorables, están perdiendo el tiempo.

Los tsunamis, como la derecha desde hace siglos, se  comportan con unas reglas durísimas, pero muy bien conocidas. Es difícil hacerles frente. Pero para eso está la inteligencia y la experiencia. Además, la derecha hace muy bien en poner en funcionamiento sus armas, las sabe utilizar perfectamente, y solo corresponde ante eso felicitarlos y darles la enhorabuena por haber sabido conseguir sus objetivos.

¿Por qué ha triunfado la derecha? Muy sencillo: porque tiene un proyecto, muy bien definido, y una estrategia muy bien diseñada. Podrá no gustarle a la izquierda. Está en su derecho. Pero tiene un proyecto y una estrategia. ¿Por qué ha perdido la izquierda? Igual de sencillo: porque su proyecto, que lo tiene, está desdibujado y la estrategia brilla por su ausencia. El proyecto lo han escondido, y la estrategia se les ha olvidado. Se la han dejado en el baúl de los recuerdos.

Por eso se ha encontrado con lo que se ha encontrado. Y ahora no vale con quejarse de los modos, de las maneras, ni siquiera del tipo de estrategia. Han ganado porque la tienen. Buena o mala, pero la tienen. La izquierda ha perdido, en esta ocasión, porque les ha pillado sin una estructura de partido firme. Les ha pillado como a ese pueblecito con casas de barro cuando les llega el tsunami.





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