sábado, 23 de abril de 2011

¿ Y esto por qué ?


¿A cuento de qué vienen ahora los elogios de Aznar al amigo Gadafi? Sabemos que el ex presidente del Gobierno de España, no puede estar callado. Le resulta imposible mantenerse en una posición discreta. Tiene que ser el santo de la procesión, y el muerto en el entierro. Poseído de la capa que han usado todos los pequeños grandes hombres en la historia, no puede abandonar el pedestal, que lo sitúa por encima del bien y del mal. Genio y figura ha sido, es, y seguirá siendo.

Desde que explota el conflicto de Libia, se especula, sobre las relaciones de este personaje, llamado Gadafi, con algunos de los líderes de Occidente. Coinciden todos los analistas en criticar la posición, a veces cínica, pero siempre benevolente de algunos Gobiernos con un dictador, que ha obviado los derechos humanos, ha gobernado por y para su fortuna personal, y ha vivido en estrecha connivencia con el terrorismo internacional.

En el caso concreto de Aznar, se habla de intereses y negocios familiares. Algunos colocan el punto de mira en su yerno Agag. Me niego a entrar en ese farragoso asunto, porque ni tengo pruebas, ni quiero unirme a esos coros poco fiables, acostumbrados a poner en marcha montajes interesados de desprestigio personal. Pero lo saco, porque en esos círculos podrán decir ahora que es la prueba de que Aznar está interesado en sacar la cara por el amigo extravagante, pero amigo.

En cuanto al interés general lo primero que se vislumbra es que Aznar aprovecha, que el Pisuerga pasa por Valladolid, para justificar su apoyo a la Guerra de Irak. ¿O cómo interpretar esta frase?: “Gadafi abandona sus posiciones de apoyo al terrorismo, -vamos que se vuelve bueno-, cuando ve lo que la comunidad internacional hace con otros dictadores peores que él” Lo que hicieron Bush, Blair y él, pesa sobre su propia espalda, y nunca lo abandonará.

Y peor aún: nunca podrá olvidar que Zapatero le derribó el chiringuito que había construido para Rajoy, y que él pensaba manejar desde FAES. Le es imposible deshacerse de su fracasada estrategia anterior al 14 de marzo de 2004. Son dos cosas que las lleva clavadas en el alma, y que ensambladas con su concepción medieval de la política, corroen lo más profundo de sus entrañas.

Además de cuestionar la economía de nuestro país, en un momento en que la imagen y la confianza son indispensables para salir de la crisis, comete la irresponsabilidad de sacar cuestiones de seguridad como la venta de armas. Dice que el gobierno socialista vendió armas de racimo a Gadafi, pero se le olvida decir desde cuando se le estaban vendiendo, y se le olvida que fue el gobierno socialista quien cortó de raíz para siempre la fabricación y la venta de tales armas.

Daña la imagen de España. Sí. Y hay quien dice que daña también la imagen de su partido. Eso será si el partido quiere. Eso tiene remedio. Adoptando una posición clara. ¿Qué piensa Cospedal? ¿Apoya a Aznar? En Castilla-La Mancha no lo sabemos. Y es en Castilla-La Mancha donde se presenta. ¿Por qué no debate este asunto con Barreda? Tenemos derecho a conocer sus posiciones, en esto, y en todo lo demás.

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