jueves, 21 de abril de 2011

RENCOR POR LAS ESQUINAS

Cuando Aznar estaba en el poder, en España; cuando su mayoría absoluta le situó en su peor época de gobernante; cuando se producían manifestaciones contra su Gobierno; entonces José María Aznar llamaba a los que se manifestaban: “perros que ladran su rencor por las esquinas”. De una forma más educada y más coherente, ahora podemos decir: “Aznar va por el mundo poniendo de manifiesto el rencor que tiene hacia sus adversarios, del PSOE o del PP”

¿La realidad se ha vuelto contra él? No. Es él. No ha cambiado. Siempre le hubiese gustado ser el personaje, situado en un pedestal, por encima del bien y del mal. Por ser el personaje, no por tener una posición. La posición cambia, el personaje no. Es el mismo cuando, ensalza a España, y cuando la ataca. Es el mismo cuando, manifiesta su odio ancestral al islamismo, o cuando lo defiende. Es el mismo, cuando se muestra amigo del alma de EE UU, o cuando le recrimina sus posicionamientos. Es el mismo cuando, apoya aventuras bélicas, que cuando las demoniza. Es el personaje el que no cambia. El que se sitúa frente a todo lo que le molesta en ese momento.

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