martes, 22 de febrero de 2011

LOS TRASVASES

Un político que tiene un proyecto definido, que tiene diseñado un programa, que tiene las ideas claras de cómo solucionar los problemas de la ciudadanía, está muy bien que critique al adversario o al menos que confronte su proyecto, tratando de convencer de las bondades del suyo. Es la confrontación indispensable para que funcione la democracia. Cuando, por el contrario, encontramos mensajes que carecen de definición, no corresponden a un programa determinado, inmediatamente se nos presenta la duda de si es que carece de proyecto, si es que no tiene las ideas claras, si es que pretende engañarnos, o lo que es peor, lo más indignante, que considere a los ciudadanos tontos, que no entendemos, que no nos damos cuenta.

Es la sensación que causan las declaraciones de Cospedal, acusando de contradicción a José María Barreda. Un presidente que, según ella, comete la contradicción de negarse al trasvase del Tajo al Segura, y luego construye la Tubería de la Mancha. Igualar, ni siquiera comparar, el trasvase Tajo-Segura con la Tubería de la Mancha, es confundir churras con merinas. O no conoce los problemas de Castilla-Mancha o es que tiene su punto de mira en otras cotas más elevadas. Quizá las dos.

El trasvase Tajo-Segura, se ha llevado millones de litros de agua a otra comunidad autónoma. Es un trasvase que se produce "de cuenca a cuenca y de río a río" destinado a consumo humano, pero también para su desarrollo agrícola, industrial y turístico. Por tanto este mensaje de confundir el trasvase Tajo-Segura con la Tubería Manchega, tiene toda la pinta de defender los intereses de otras comunidades por encima de los nuestros. Al PP nacional, por el número de habitantes, le interesa más tener contentas las regiones de Murcia y Valencia.

Algún periódico publicaba estos días, con gran acierto, que, comparar el Trasvase con la Tubería Manchega es tan ridículo como que en un edificio se lleven el agua a otro bloque antes de atender las necesidades de su comunidad, o instalar una tubería para garantizar que el agua llegue a todos los pisos del bloque.

“Agua para todos”, dice Cospedal. El mismo mensaje de Valcárcel, presidente de Murcia. Porque según ellos, se trata de trasvasar el agua sobrante. No es así. Es el agua sobrante, después de cruzar una zona con grandes necesidades de agua, para consumo, regadío y toda clase de promoción económica. Claro que sobra: vemos pasar el agua por nuestra puerta a través de un canal que la conduce a otra comunidad. Al tiempo, nosotros no tenemos una infraestructura que reparta el agua debidamente por toda nuestra región. Y ahora, que el Gobierno de Castilla-La Mancha, está construyendo una canalización que atiende a las necesidades de 59 pueblos y a más de 600.000 habitantes, somos egoístas porque no queremos “agua para todos” No somos egoístas. Queremos agua para todos, pero en las mismas condiciones. Lo que pretenden Cospedal y Valcárcel es que nos quedemos con el agua que a otros les sobra. Por cierto: ¿Cospedal pretende gobernar así los intereses de Castilla-La Mancha?



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