domingo, 16 de enero de 2011

PERMANECE EN EL TIEMPO

Cuando José María Aznar llega a la presidencia del Partido Popular en abril de 1990, lo deja muy claro: “Nada queda fuera de la tarea de hacer de oposición”. Nunca una afirmación de un líder político iba a permanecer durante tanto tiempo.

Ha sido el punto de mira constante en estos últimos veinte años. Solo dejó de ponerse en práctica los años en que el PP estuvo en el gobierno. El problema de ese “todo vale para hacer oposición” es que produce una crispación que a veces sobrepasa los límites de lo razonable. La vida política española parece condenada a sufrir esos efectos siempre que le derecha no gobierne.

El Partido Popular, desde la oposición, no sabe, o no quiere, distinguir lo que son diferencias posicionales de partido, con lo que son intereses de Estado. El Partido Popular coloca los intereses de partido por delante de los intereses de nuestro país. Así ha utilizado el terrorismo, las pensiones, la crisis, el paro para su estrategia electoral. La penúltima, la última no llega nunca, es culpar al ministerio del Interior de la agresión que ha sufrido el consejero de Cultura de Murcia. ¡Inaudito!

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