domingo, 2 de enero de 2011

OTRA FICHA COMIDA

Es la clave de un buen jugador de ajedrez. Comer fichas. Cuanto más fichas coma, y más importantes, menos dificultades para lograr el objetivo último. Eso hace, o pretende hacer, Mariano Rajoy. Jugando con blancas, poco a poco se va quitando de en medio las fichas que más molestan a sus intereses políticos. No hace otra cosa. Fumando espera lo que más quiere: llegar a la Moncloa. Ha limitado su empeño y decisión, por una parte, en machacar a Zapatero, aún a costa de los intereses de España, y por otra, quitar las fichas que estorban en el camino.

Lo curioso es que todas las fichas de las que se desprende son negras, son del sector aznarista, precisamente quien lo nombró. Es el inconveniente de la dedocracia: que debe centrar su lucha por deshacerse de quienes lo nombraron por no doblegarse a ellos. Es la guerra interna. Se nombra al más moldeable. Y ahora, entre Rajoy y sus acólitos tienen que afrontar la lucha de apartarse de la larga sombra de Aznar.

El problema es que cuando no hay más programa que la lucha por hacerse camino, hoy puede ser el obstáculo Cascos, como ayer, lo fueron Zaplana, Acebes, Costas, y compañía. Pero cuando esa es la única motivación algún día puede que sea necesario enfrentarse a tus propias fichas blancas, a los obstructores que estén en tu entorno, a los que hoy te ayudan, a los Camps, Pons, Cospedal y compañía. Se avecina una lucha soterrada en la que blancas y negras se confundirán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario