jueves, 30 de diciembre de 2010

HABLAR POR NO CALLAR

Hay muchas maneras de insultar. Quizá la más hiriente sea la falta de respeto. Si. El líder de la oposición, Mariano Rajoy, utiliza la falta de respeto para alimentar los fanatismos de su clientela. Pero, ¿por qué?

Se trata de no decir nada y no estar callado. Es una estrategia. No puede hablar de su proyecto. Cuando lo hace, deja al descubierto su verdadera ideología. En las escasísimas ocasiones que decide hacerlo, aunque tímidamente, aparece el pensamiento neoliberal de su colega Cameron, o muestra su intención de gobernar con mano dura aunque no guste. Por eso no puede hablar.

Pero como va a estar callado un aspirante a gobernar. Pues a despertar odio y fobia hacia su adversario; hablar para esconder el vacio y las vergüenzas; y a esperar.

Esperar que la crisis derrumbe al gobierno, y así llegar al gobierno. Hasta en las encuestas más optimistas para el Partido Popular, queda de manifiesto que no ganan votos con respecto a las elecciones anteriores; pierden votos. Lo que ocurre es que el PSOE pierde muchos más. De ahí, hablar por no callar, aunque para ello haya que dedicarse a insultar y a faltar al respeto.




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