sábado, 4 de diciembre de 2010

ELECCIONES EN CATALUÑA


El haber subido cuatro escaños en el Parlamento Catalán, es motivo suficiente para que en el Partido Popular lo consideren como el principio del fin de la era Zapatero. Los datos son los votos y los escaños; lo demás son opiniones subjetivas en las que podemos coincidir o no. Son opiniones. Extrapolar este resultado al resto del Estado Español, es poco menos que un atrevimiento. No es cierto que éste sea el mejor resultado de su historia, ni es cierto que sea el primer paso definitivo para ver a Rajoy en la Moncloa. Me parece una posición partidista. Puede que alguien piense lo mismo de la mía. Al menos trataré de hacer un análisis riguroso.

Alejo Vidal-Quadras obtuvo 37.000 votos más en las autonómicas. En las generales, el PP obtuvo en Cataluña 768.000 votos, y ahora ha obtenido casi 422.000. Por tanto la primera conclusión que han sacado en Génova no es cierta. Y en cuanto a extrapolar los resultados del pasado domingo a las generales de 2012, es un brindis al sol. Para marzo de 2012 faltan 16 meses, periodo de tiempo, que en política, es un abismo. Quien vaya a ser el próximo presidente del Gobierno de España es una incógnita que depende de multitud de factores, aún por conocer. Sobre todo depende de la marcha de la economía. Pero no será por el resultado de Alicia Sánchez Camacho, en Cataluña. Si repunta al fin la economía, Rajoy lo tendrá crudo. Si la economía sigue como hasta ahora, será Zapatero el que lo tenga aún más crudo. Y estamos viendo que los factores que determinan la marcha de la economía cambian en meses, en días y hasta en horas.

Se pueden hacer muchas lecturas ante el resultado de las elecciones en Cataluña. Pero quizá las que más afectan al futuro político de Cataluña y de España, sean la situación respectiva en que han quedado CIU y PSC.  CIU, ha ganado con mayoría suficiente para poder gobernar. No ha habido sorpresas. Ahora tiene el reto de saber administrar el éxito. No es fácil. En los últimos años los partidos soberanistas se han ensimismado en la identidad, y han abandonado cuestiones, como la corrupción, el apoyo para salir de la crisis, y las relaciones entre un pueblo nacionalista como el catalán con el resto de España. El gobierno ha sufrido el desgaste de la crisis como todos los gobiernos en Europa. Ahora CIU es gobierno. ¿Puede pasarle lo mismo?

Esperamos y deseamos que Artur Mas sepa administrar la crisis. Que sepa hacer frente, sin demagogias populistas, al nacionalismo, por una parte, y sus relaciones con España, de otra. Evitar siempre el enfrentamiento con el resto de España. Es cierto que Cataluña aporta solidariamente parte de sus ingresos fiscales. Pero no es menos cierto que a cambio recibe grandes beneficios comerciales de toda España. Es cierto que un sector españolista está siempre provocando con dicho enfrentamiento, pero no es menos cierto que también sectores del nacionalismo catalán más radical alimentan esa provocación. ¿Artur Mas acabará con ello?

El PSC también debe administrar su derrota. Ha pagado el precio de la crisis, como todos los partidos que les ha tocado estar en el gobierno. Todos los gobiernos, en España y en Europa, están sufriendo un tremendo desgaste por culpa de la crisis. Y el gobierno de Montilla no ha sido una excepción. Aunque debemos añadir que no tuvo la visión, sugerida por Zapatero, de no repetir el tripartito. José Luis Rodríguez Zapatero prefería un gobierno socioconvergente, pero el PSC no lo aceptó. Hoy seguramente estarían en situación muy distinta. La reedición del tripartito, además de la crisis, ha sido su final político. Han hecho políticas sociales en Cataluña. Sí. Pero las actitudes independentistas, a veces impresentables, lo han ensombrecido.







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