domingo, 26 de diciembre de 2010

DÉFICIT EN CASTIILLA-LA MANCHA

¿Es para alegrarse que Castilla-La Mancha esté a la cabeza de las comunidades más endeudadas?. No. Otra cosa es preocuparse en demasía. Para que un endeudamiento sea motivo de preocupación, tiene que reunir dos condicionantes: que la deuda no pueda asumirse y que la deuda sea por motivos injustificables. Ninguno de estos dos condicionantes se dan en Castilla-La Mancha. Si la deuda se mide con relación al PIB sale con mayor índice Castilla-La Mancha; pero si se mide respecto a la capacidad de asumir esa deuda, posiblemente nos llevaríamos alguna sorpresa. Ya veremos cuando llegue el momento de ir pagando la deuda qué va a pasar en otras comunidades. Alguna puede que tenga que declarar la quiebra.

Es injusto no tener en cuenta que Castilla-La Mancha partió de una situación de desventaja, y hoy es una más en el concierto de España. Es más, si valoramos la deuda en términos de PIB y no valoramos lo que se ha hecho, estaremos castigando a esa comunidad a que no pueda progresar. Un padre trabajador se endeuda para conseguir que su hijo haga estudios superiores, mientras esos mismos estudios los hace el hijo de un alto empresario sin necesidad de endeudarse. Si calificamos a esos padres por la cantidad de deuda contraída, nos dará como resultado que el segundo padre es mejor que el primero; y no es cierto; es injusto y es falso.

A un ciudadano de Castilla-La Mancha no hay que decirle que tiene la desgracia de pertenecer a la comunidad más endeudada. Si alguien lo hace será con el único objetivo de dañar al Gobierno de José María Barreda. A ese ciudadano hay que decirle que dispone de uno de los mejores sistemas sanitarios que tiene España y Europa. Hay que recordarle como estaba la Sanidad hace unos años y como está ahora. A ese ciudadano hay que decirle que vive en la única comunidad que ha invertido en Educación lo que invierte la media europea. Hay que recordarle los centros de enseñanza y los medios que teníamos, y los que tenemos ahora.

A ese ciudadano, en vez de utilizarlo como diana de dardos partidistas, hay que decirle que vive en una comunidad situada a la cabeza en infraestructuras, en prestaciones sociales y en apoyo a la dependencia. Hay que recordarle que hace un cuarto de hora estábamos situados en la cola. A ese ciudadano le importa un pimiento que nuestra deuda sea el 0,87 % del conjunto de la deuda nacional –que es bueno-, o que nuestra deuda supere el 2 % de lo establecido como límite por la Unión Europea, -que es malo-. A ese ciudadano le importa que le ayuden si está parado, que le atiendan, y muy bien, si se pone enfermo, que los libros de sus hijos no le cuesten, que su hijo tenga enseñanza gratuita y de calidad, hasta los 16 años, que un deficiente tenga la atención que nunca tuvo, que un dependiente y su familia tenga apoyos, que tenga buenas carreteras y mejores medios de comunicación, que los estudiantes, sin salir de su región, tengan una universidad tan buena como otras.

Y esto cuesta. Claro que cuesta. Cuesta mucho ser la última comunidad en nivel de vida y prestación de servicios, y ahora estar igual o mejor que las demás. Está bien, es necesario, vigilar la deuda, pero sin olvidar lo que éramos y lo que somos. Tampoco hay que olvidar la capacidad de asumir la deuda contraída.



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