Esta es una de las propuestas programáticas del Tea Party. Un Estado con menos gasto y menos poder. Bueno, a nadie le puede extrañar esa propuesta a estas alturas. Tienen todo su derecho a pensar como quieran, y a hacer las propuestas que crean conveniente. La democracia se lo permite.
Otra cosa sería, lo que ellos permitirían si gobernasen. Quizá si ellos tuvieran poder de decisión, a lo mejor, o a lo peor, los demás no tendríamos derecho a pensar, ni a proponer, ni siquiera a discrepar.
Por cierto quieren un Estado más pequeño, pero piden al mismo tiempo un aparato militar más poderoso. ¿En qué quedamos? Pregonan menos Estado. Pero no protestan cuando el Estado sale al rescate de los poderes financieros, culpables de la crisis. Y ya lo más de lo más: más ejército, y más intervención en las fronteras.
Esperemos que no prospere, aunque ciertos sectores del aznarismo se alegren por la subida del Tea Party.
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