lunes, 8 de noviembre de 2010

España anticlerical

No. Creo que no. España no es anticlerical. La situación social y religiosa de España, hoy, no es comparable al anticlericalismo de los años treinta. Alguien le ha informado mal a su Santidad el Papa. El posicionamiento social frente a la Iglesia Católica en los años treinta, estaba producido por una serie de fenómenos que se fueron incubando durante muchos años, y que hoy, afortunadamente no existen. Los enfrentamientos de entonces estallaron de forma abrupta en una España dividida, social, económica, y religiosamente. Lo que ocurrió entonces, es muy difícil que se produzca hoy, porque la sociedad actual tiene el estómago y la mente razonablemente satisfechos.

Desde mi posición de católico, creo, sencillamente, que hoy no hay anticlericalismo. Es algo muy diferente. Me da la impresión de que se ha producido un alejamiento de la Iglesia Católica y una parte importante de la sociedad civil, porque un sector de la Jerarquía Eclesiástica no ha sabido asimilar los cambios que se han producido en la sociedad española en los treinta años de democracia.

La Iglesia, Jerarquía, siempre ha tenido a lo largo de la historia grandes dificultades para adaptarse a los cambios, que por la propia naturaleza humana, y por el desarrollo de la sociedad, se han ido produciendo. Ha pasado siempre. Todavía existen en España miembros dirigentes de la Iglesia católica, que no terminan de darse cuenta de que hemos pasado de un Estado Nacional Católico, a un Estado no confesional. Eso implica una serie de transformaciones y adaptaciones, muchas veces difíciles de asimilar.

¿Por qué la cúpula de la Iglesia no se opone de forma tan determinante contra el laicismo en otros países europeos? Quizá, porque en España este cambio se ha producido con muchos años de retraso. Quizá, inconscientemente, la Iglesia, Jerarquía, se pensaba que España era el último reducto de su área de influencia. Es injusto que se califique a España de padecer un laicismo agresivo, cuando lo que se está produciendo en nuestro país, es lo mismo que ya se había producido en el resto de Europa. No es fácil comprender estas actitudes.

Es una pena que España esté en el punto de mira de los ataques de cierta Jerarquía, cuando hemos sido pioneros en la evangelización y en la ayuda a los países necesitados; cuando el Estado Español está a la vanguardia de los países en la ayuda al desarrollo; cuando la iglesia española está haciendo una labor impresionante con organizaciones como Cáritas, con misiones ejemplares en el mundo subdesarrollado; cuando la Iglesia española está recibiendo del Estado más subvenciones que en ningún otro país. ¿Por qué suceden estos enfrentamientos incomprensibles? ¿Por qué se está produciendo un alejamiento entre la sociedad civil y la Iglesia Católica?

Quizá porque algún sector de la Jerarquía eclesiástica siente que pierde ámbito de influencia. O quizá, porque se cifran los mensajes más, en purismos dogmáticos, que en el verdadero mensaje del evangelio, que no es otro que amar a Dios y al prójimo. Quizá nos venga bien a los católicos un poco de examen de conciencia.


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