No puede ser. Es imposible. No vivimos en un país real. Esto está sobrepasando todos los límites de lo razonable, de lo sensato, de lo responsable. Ya no es problema de izquierdas y derechas; ya no es problema de controversias ideológicas o partidistas. No. Es algo insoportable que la ciudadanía debe rechazar con energía. No podemos contemplar pasivamente que un puñado de políticos, con ambición de poder, estén dañando gratuitamente a nuestro país. No es la izquierda que clama contra la derecha. Son, o deben, ser españoles que clamen enérgicamente contra el antipatriotismo, contra una forma miserable de hacer política.
Cuando todos están lanzando mensajes de confianza y tranquilidad, para que los movimientos de mercado no perjudiquen a España y a Europa, aparece el PP poniendo en duda, si el Gobierno nos está diciendo la verdad de las cuentas del Estado en España. Precisamente responsables de comunicación del PP.
Las medidas que están tomando los gobiernos en Europa son similares, porque la crisis es global y sistémica. Todos los gobiernos, sea cual sea su color, están teniendo dificultades para convencer a sus ciudadanos. Todos los partidos europeos en la oposición están apoyando a sus gobiernos porque nos jugamos mucho. Y el PP lanzando mensajes contra nuestro gobierno, y encima falsos. ¡Qué disparate!
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