sábado, 13 de noviembre de 2010

Dureza no, diplomacia

Actualmente todos los analistas coinciden en que Marruecos se está equivocando de cabo a rabo. La diplomacia de la que está haciendo gala deja mucho que desear. No pretendemos descubrir las Américas. No conocemos ninguna dictadura que despliegue acciones diplomáticas, -digamos que convenientes-. Las dictaduras sustituyen la diplomacia por la dureza. Es por naturaleza propia.

Por eso, desde una país, afortunadamente democrático podemos asegurar que Marruecos se equivoca. Está causando daño al pueblo atacado: los saharauis. Está poniendo en peligro el equilibrio de la zona. Está poniendo en evidencia que los intentos de democratizar su país son una pura falacia. Está masacrando a una población. Está saltándose a la torera el derecho a la información y todos los demás derechos humanos propios de una democracia.

Y lo que es peor: está poniendo obstáculos a sus propios intereses. Ha dado un paso atrás en su objetivo de administrar el Sahara Occidental. Después de lo que ha provocado lo tiene más difícil que antes. Es la sustitución de la diplomacia por la dureza. Precisamente lo que algunos, de forma irresponsable, están reclamando al gobierno español: dureza.


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