El caso de los sueldos de Cospedal, traspasa todo lo razonable. En cantidad, en conceptos, en comparativa, y en todos los aspectos que lo veamos. No es problema, como dicen algunos líderes del PP, de que esto le pasa a muchos cargos en todos los partidos. Pero no: es problema de cantidades inasumibles.
No es asumible que gane el doble que cualquier otro alto cargo de las Instituciones del Estado, y triple que los altos cargos de la administración territorial. Pero sobre todo es inasumible la comparación de este salario con cualquier trabajador, en la situación de crisis en la que nos encontramos.
Sería razonable establecer ciertos criterios de forma legal para evitar que unos puedan cobrar dos o más sueldos astronómicos, mientras que un funcionario de cualquier categoría no puede compatibilizar ciertas funciones retribuidas. Para un funcionario o un pensionista, en cantidades mucho más inferiores, no se le hace posible cobrar más de un sueldo. El caso de Cospedal, además de valoraciones éticas, debería servir para poner en papel ciertas situaciones claramente injustas.
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