miércoles, 20 de octubre de 2010

Nuevo Gobierno

Ya tenemos nuevo Gobierno. Ya tenemos fuera del Gobierno a Bibiana Aído, a Moratinos, y a Fernández de la Vega. La oposición y sus tentáculos mediáticos venían pidiendo esto. De eso sería fácil desprender, que deberían estar muy contentos. Se ha cambiado el Gobierno, y han desaparecido, del ruedo político, los garbanzos negros, que tanto molestaban en la derecha. Pues no. Están muy disgustados. Sí se podría desprender de este enfado, que Zapatero va por buen camino.

Es muy pronto para valorar, si Zapatero acierta con este cambio. Eso, el tiempo lo dirá. Podemos tener percepciones, y lo primero que se percibe es bueno. ¿Por qué? Porque el bando que, legítimamente, aspira a hacerse con el poder se ha disgustado muchísimo. Eso es buena señal. Eso revela que se les ha presentado un grave obstáculo en el camino que ya daban por ganado.

¿Qué toca ahora? Al Gobierno cambiar en aquello que considera mejorable. Buscar las personas más adecuadas para llevar a cabo el programa imprescindible para salir de la crisis y sobre todo para proyectar a España hacia el futuro. Tratar de comunicar mejor con la ciudadanía. Y en definitiva dotar al nuevo equipo de mayor peso político y mayor peso ideológico. Esperamos que sepan hacerlo con acierto. Les deseamos mucha suerte, porque así ganaremos todos. Así ganará España.

Pero si el Gobierno tiene la obligación de cambiar para mejorar sus actuaciones, la oposición no está exenta de esa obligación. El consejo que parece haberle dado a Rajoy su jefe asesor, de que mantenga un perfil bajo para no arriesgarse, que se meta en la cama a esperar que Zapatero se derrumbe, para llegar al poder sin mover un dedo, parece que requiere una revisión. Quizá por esa razón haya sentado tan mal la remodelación de Zapatero; quizá ahora haya que cambiar de discurso, quizá ahora ya haya que mojarse y decir lo que el Partido Popular haría ante esta o aquella circunstancia. Ya no vale decir que hay que cambiar la política económica del Gobierno. Hay que decir lo que habría que hacer en cada caso concreto. Hasta ahora no se ha hecho. Ahora habrá que trabajar para presentar una alternativa.

Ha debido sentar muy mal el cambio anunciado en ciertos medios que sólo se han limitado a demonizar a Zapatero y ridiculizar a algunos ministros o ministras. Ahora, al menos, les obliga a pensar en nuevas coletillas para desprestigiar a los “miembros y miembras” del Gobierno. Ya no vale decir la ministra de “Igual dá”. Ya tendrán que suprimir en sus desprecios a “la vicepresidenta de la Vogue” Ya estarán reunidos pensando en nuevas coletillas. Y no sólo coletillas, tendrán que buscar acusaciones contra Rubalcaba, contra todos los demás. Buscarlas debajo de las alfombras. Y si no se encuentran, se inventan. Y si la Justicia les quita la razón las seguirán usando.

Ese es precisamente, el problema de basar toda la estrategia en menospreciar al adversario. Si se basara la acción política en defender ideas y programas, no se quedarían sin discurso a las primeras de cambio.




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