José María Aznar nos lo recuerda a su estilo. Pero es el estribillo que el Partido Popular lanza siempre que está en la oposición. Los populares son tan buenos que tienen el designio sobrenatural de arreglar lo que otros desarreglan. Tienen el destino en lo universal de salvar España cuando se encuentra en apuros.
Es un mensaje tan presuntuoso y egocéntrico que debe fundamentarse en bases falsas. Ni el PP de Aznar, ni ningún PP tienen la misión de recomponer la desastrosa herencia que les dejan los socialistas. Es una falsedad que no se la creen ni ellos. La lanzan para ver si los que odian todo lo que signifique socialismo se la creen.
Sobre el capital político que heredó José María Aznar, se puede hablar lo que aquí no cabe. Pero destaquemos algunos capítulos de ese capital: Revalorizó como nadie los sueldos de los funcionarios; puso las bases para que ningún español se quedara sin pensión, ni siquiera los que no habían cotizado; introdujo una reforma fiscal justa y progresiva; extendió el derecho de la educación a todos los españoles sin distinción; apostó por un sistema público de sanidad universal, gratuito y de calidad; sentó las bases para la descentralización política y administrativa.
Julio García-Casarrubios Sainz
Valdepeñas
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