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El
futuro será mejor
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Oímos la rueda de
prensa de Mariano Rajoy al día siguiente de las elecciones autonómicas en
Cataluña, y quien no conozca el percal, puede pensar que ya está todo
arreglado. El PP de Rajoy lo ha hecho todo tan estupendamente bien que puede
erigirse en el gran salvador. Pues va a ser que no. Todo ha vuelto al mismo
punto en el que estaba. No. Peor; porque, o elegimos el camino de la solución,
o cada vez se enquistará más. Y ¿qué va a hacer ahora el presidente del
Gobierno de España? Ni lo sabe, ni se sabe, ni se le espera. Lo más probable es
que aguante a que escampe. Lo más probable es que espere a que los demás muevan
ficha, y a continuación volverse a presentar como el salvador. Y así vamos; día
a día, va sobreviviendo, él. Pero, ¿y los demás? Pero, ¿de qué manera? ¿A donde
vamos? ¿Cómo acabará?
Me dirijo a Mariano
Rajoy, no porque le tenga manía; no. Me dirijo a él porque es el máximo y
último responsable de todo lo que acontece en España. ¿O no? A Rajoy le falta,
igual que a los demás líderes, pero a él con mayor motivo: Hacerse una serie de
preguntas que no puede, que no podemos, eludir.
¿Por qué desde el
año 2010, el independentismo ha pasado de un 17 % a un 48 %? Tiene que
preguntárselo y contestar. ¿Por qué a pesar de aplicar el 155 y cumplir con la
Ley, la situación en Cataluña sigue igual? A lo mejor es que, además de
“defender la unidad de España” tuvo que hacer algo más. A lo mejor tuvo que
explicar que llenando los balcones de banderas de España no se arreglaba, se
alimentaba, el problema. Tiene que preguntárselo y contestar. ¿Qué ha hecho el
PP para quedase en el Parlament con cuatro diputados, un 4,23 %?
Y los demás también
tienen que hacerse preguntas. Se tienen que preguntar: ¿Hemos enfocado bien
nuestro legítimo deseo de independencia? ¿Contamos con apoyos suficientes para
meternos en este berenjenal? ¿Les hemos dicho la verdad, y toda la verdad, a
nuestros votantes? ¿Hemos medido bien las consecuencias de lo que le puede
pasar a nuestro pueblo? ¿Qué hemos hecho para estar, unos huidos, y otros en la
cárcel? ¿Qué hemos hecho con el prestigio que tenía Cataluña en España y en el
mundo entero? ¿Debemos votar a políticos que solo saben envolverse en
nacionalismos, para sustituir las necesidades por sentimientos fundamentalistas?
Julio García-Casarrubios Sainz
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