miércoles, 26 de julio de 2017



¡Qué diferencia!


            Hace veinticinco años se produjo uno de los acontecimientos más importantes de los que puede presumir un país. “Los Juegos Olímpicos del 92”. Una olimpiada supone el orgullo de un país; y en nuestro caso más todavía. Supuso un reconocimiento internacional, en el aspecto organizativo, económico y deportivo. Barcelona no es la misma antes y después de esos juegos.

            Unidos todos, españoles y catalanes, como no podía ser de otra manera, dieron una lección al mundo. El rey de España, el Gobierno de Felipe González, el Gobierno de Convergència, y el Ayuntamiento de Barcelona, presidido por el socialista Maragall, supieron estar a la altura por el interés de todos. ¡Qué diferencia con la política pichulera de hoy!


Julio García-Casarrubios Sainz

http://juliocasarrubios.blogspot.com

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