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El
futuro será mejor
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De chicos, recuerdo,
era muy frecuente encontrar espejeños o personajillos, que presumían de ser los
más traviesos, de ser los que más diabluras hacían, de ser los que menos
estudiaban; de ser los que más desobedecían a sus padres; era los ídolos.
Bueno. Ídolos para quienes aún no habían forjado su personalidad. Pero eran
ídolos. Quien no ha hecho de chico una travesura para ser más hombre, para
parecerme más a esos ídolos, aunque fuesen ídolos de cartón. Es infantilismo.
Son posicionamientos muy infantiles, muy elementales.
Otra cosa es la
depravación; que ya no tiene nada de infantil. La practican personas adultas.
Son los corruptos que se ufanan de ello. Son los que van diciendo con su
actitud: yo robo más que tú, porque soy más listo. Se presume, se chulea, de
sus hábitos y actitudes nada recomendables. Igual que aquel chico que presumía,
que era más hombre. Que no le pasaba nada, que no le temía a nada ni a nadie,
porque daba los puñetazos más fuertes. Se sentía impune. Tenía el poder. Iba
por la calle con gesto altivo. ¡A ver quién tiene el valor de meterse conmigo!
La corrupción que
hoy padecemos ha crecido bajo esos mismos parámetros. Tienen, han tenido, el
poder; han controlado la justicia y los medios de comunicación. Convencidos de que
no les va a pasar nada. Les importa un bledo que los demás pensemos que no
pueden llevar ese nivel de vida con el sueldo que tienen; se ríen. Los
corruptos, y los que lo han organizado, se han beneficiado, o lo han consentido
por activa y por pasiva, contestan ante los tribunales de justicia con una desfachatez
insoportable, como si jueces, fiscales, abogados, y los mismos ciudadanos fuesen
una pandilla de tontos o mermados.
Es verdad que en
todos sitios cuecen habas. La corrupción ha existido y existirá. Pero la
organizada sistémicamente, por, para y desde el PP, ha adquirido consecuencias
incomparables. Adolece de esa depravación. Aznar decía sin movérsele el bigote
que socialismo era sinónimo de corrupción. Pues bien, yo les invito a que pasen
lista a los invitados a la boda de El Escorial, incluido Berlusconi, y la
cotejen con los implicados hoy en procesos delictivos. O que repasen la lista
de los papeles de Bárcenas. ¡Son los mismos. Coincidencias! ¿Infantilismo o
depravación? Juzguen Vds.
Julio García-Casarrubios Sainz
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